Según dice su concepto, el mapa es “una representación gráfica y métrica de una porción de territorio”. La cartografía, por su parte, es aquella ciencia que se ocupa del estudio y elaboración de los mapas.
Por mi parte, me interesa tomar de ambos conceptos la idea de representación, abstrayéndola de si es gráfica o no, métrica o territorial. Cada uno de nosotros, dados en llamar “seres humanos”, nos encontramos siendo concebidos y expulsados en un mundo ya predeterminado. Predeterminado por una época, una cultura, una serie de “ideologías” (que a veces parecen contrapuestas, otras muchas similares, cuando no intencionalmente esbozadas para que sirvamos a “x” fines de unos pocos o muchos sistemas). En fin, predeterminados.
En estos tiempos, puntualmente hablando, nos encontramos en una época de la imagen, en una cultura consumista, y en una ideología capitalista. Nos “bañan” de imágenes pre-diseñadas, inalcanzables para seres comunes y corrientes. Alcanzables para quienes deseen contraer anorexia, bulimia, trastornos varios de la alimentación, cánceres de todo tipo: pulmón, mamas, etc, etc, etc… Nos indican qué, cuánto y cómo consumir, el smart-phone, el i-pod y vaya a saber cuántas otras herramientas “indispensables” para el día a día. Nos proponemos, de este modo, aislados e integrados al mismo tiempo. En un mundo… virtual. También real, porque virtualmente llegamos a conocer al otro, y al mundo en sí. Diría que, vivimos cada vez más en una cultura que aboga por la alienación absolutista y monárquica. Capitalismo, socialismo, ideologías en fin, ideologías que constituyen un cúmulo de ideas preponderantes, fanatizantes, que todos seguimos sin darnos cuenta porque estamos “pre-formateados”, o que seguimos dándonos cuenta porque de ello sacamos algún tipo de beneficio (monetario, sentido de pertenencia y/o de referencia, váyase a saber…). También están quienes luchan en contra del fanatismo y urgidos de escapar de este sistema cruento, huyen para San Marcos Sierra.
En fin, la representación de nosotros mismos difícilmente sea una tarea o desafío personal de esta “New Age”, no vale la pena el esfuerzo… ya está todo dicho■