Quienes peinamos canas hemos visto correr muchas modas bajo los puentes de París: parripollos, tamagochis, canchas de paddle, chupetes de plástico duro colgados del cuello, peronismos pseudo-filo izquierdistas en musculosas femeninas. Instrumentos del consumo, las modas, cualquiera sean, nos abren la puerta para que nos apiñemos allá, entre el montón, buscando ser únicos pero no demasiado; porque pertenecer, lo que se dice pertenecer, tiene sus privilegios.
Elegantes o pobremente vestidos hacemos gala de un estilo y rara vez nos movemos de él si lo que queremos es ser consecuentes con la imagen que los otros tienen de uno. Nos jactamos con cierto fingido desdén de usar los trajes en zapatillas, del marco hipster de nuestros anteojos o del costoso efecto de la barba de anteayer.
Consumo, consumo, consumo. Sí, pero en última instancia inofensivo. Otras modas más peligrosas acechan detrás del maniquí. Del nü metal, de ser fan de los Backstreet Boys, del dodecafonismo se sale fácil pero la cosa se vuelve peliaguda cuando se pone de moda una ideología y se la viste y se la exhibe sin reservas. Uno puede arrepentirse sin mayores consecuencias de haber sido por ejemplo “gótico” pero no de haber apoyado políticas que afectaron o evitaron afectar a millones y la pifiaron fulero. Esas prendas deben manipularse con guantes de seda, no sea cosa que los modistos del discurso pongan de moda la divisa punzó y de buenas a primeras pasemos de la defensa de lo autóctono a esa costumbre tan poco saludable de separar cabezas de sus cuerpos, tan bien ubicadas que están allí donde los dioses las pusieron. Por eso 5 discos 5 sobrios, distinguidos, porque la verdad sea dicha, no hay nada que les guste menos a las chicas que uno se cague en la elegancia■
El fantástico sonido surf & hot rod de los Kaunas – 2005- Los Kaunas. Hay estilos que en algún momento estuvieron en la cresta de la ola y pasados los años desaparecieron a los ojos del gran público. Pero esos no son los únicos ojos, ni los únicos oídos. La música surf de los ´60, que Dick Dale llevó a los charts y los Beach boys comandaron, generó seguidores que insistieron en sus reductos en seguir aquella vieja costumbre de trajes coloridos y sonidos amables donde la guitarra cumplía un rol fundamental. Música inquietante, misteriosa, básicamente instrumental donde prima el virtuosismo. Los Kaunas, uno de sus mejores exponentes en la Argentina, salieron al ruedo con una estética de otra edad del mundo pero con una actitud novedosa y la misma calidad que hizo al género resistir y persistir. Rock en estado puro.
Aspen classic -¿?- Aspen 102.3. ¿Por qué un compilado? Porque la radio de clásicos recoge la moda de la nostalgia y porque nadie es adulto hasta que las canciones de su juventud no suenan en esa emisora. En este, como en otros tantos discos, la selección de Aspen es una sumatoria de canciones elegantes que los que vivieron los 90 recordarán sin poder evitar la caída de una lágrima y porque una moda pasada es algo en lo que nos reconocemos como sujetos históricos. Por eso, juntas, canciones como “mmm mmm mmm”, de The Crash test dummis; “All around the world”, de Lisa Stanfield junto a Barry White; o la bellísima “bizarre love triangule”, en la versión de Frente!, narran una forma particular de entender una década y el vínculo con el pasado. Y todo gracias a una radio que afortunadamente no pasa de moda.
Blue Note Trip Vol.7 Birds Beats – 2008 – Blue Note. Y si de compilados hablamos nada mejor que echar mano al catálogo del más prestigioso sello de jazz y encontrar, entre toda la producción editada, una de las más interesantes recopilaciones en formato doble por parte del gran Martijn Barkhuis alias Dj Maestro. Con la intención de acercar el catálogo al gran público, la selección abarca un gran espectro temporal que va de los 60 a los 2000 y recoge géneros que dentro del jazz fueron hegemónicos: Bossa-Jazz, Jazz-Funk, Soul-Jazz, Jazz Latino, Nu-Jazz. Un primer CD más intimista, de bebida fácil y tristona, introduce lentamente el groove que se despliega ampliamente en el segundo donde gente como Cannonball Adderley & The Bossa Rio Sextet y Silvio Cezar And Meirelles nos pintan la cara con su elegancia y su buen gusto.
Premier -1998 – Los Látigos. Lo mejor de una moda es que cuando pasa el tiempo y ella queda significa que se ha convertido en un clásico. Ni todas las modas lo logran ni todos los clásicos son reconocidos. En ese orden se ubica el primer disco de una de las bandas más interesantes de fines de un milenio y comienzo de otro. Rock/pop y electrónica bailable con letras pegadizas que por momentos rozan el hip-hop. Lo que años después haría Plastilina Mosh en México, lo hicieron Los Látigos, mejor y acá, no sólo porque tenían tras de sí la llamada “movida sónica” sino porque sus exponentes más destacados como Babasónicos, Juana La Loca o Altocamet la continuarían un tiempo más y la harían estallar en mil pedazos, trascendiéndola.
The Complete Recordings -2011- Robert Johnson. La fecha que ponemos es engañosa, estas grabaciones del padre del blues datan de 1936 y son el primer registro sonoro de una música elegante pero sin ornamentos, sobria y triste. El blues del Missisippi fue una música de negros esclavos, medio muertos de hambre y medio muertos a latigazos, que encontró en tradiciones africanas y lamentos de iglesia la argamasa necesaria para mezclar junto al algodón que recogían y legarle al mundo las primeras prendas con la que el rock se vestiría unos cuantos años después. Johnson fue uno de esos tipos bien vestidos que con 29 canciones cambió la historia del mundo y, cuenta la leyenda, que había pactado con el diablo para cantar y tocar como lo hacía; y no sería raro pues, como se dice, el diablo viste siempre a la moda.