A pesar de los avances en materia de equidad de género, de respeto a las diversidades y de intentos, absolutamente insuficientes por parte del estado, de contener la proliferación de imágenes hipersexualizadas, asistimos a una suerte de “adultización” de niños y, fundamentalmente, de niñas, cada vez más pequeños, que son expuestos como objetos de deseo ante la mirada adulta.
Porno– Andén 80
¿Y para qué sirve la imaginación? ¿Y qué sería del porno sin ella? Una opinión contundente sobre el valor del imaginario como sustrato fundamental del placer.
Cine y Tags – Andén 80
Los cambios en la forma de consumo de productos multimedia; las transformaciones de la experiencia cinematográfica vinculadas con la lógica de la inmediatez y la descarga de contenidos; la desaparición gradual de determinados rituales de proyección de films son algunos de los factores que imponen una serie de preguntas: ¿qué pasa con los cuerpos frente a los nuevos modos de relato? ¿Puede el taggeo del porno constituir una forma de categorización de la intimidad?
Un click en el bocho: el amor en los tiempos de Tinder – Andén 80
¿Qué es realmente buscar? ¿La incertidumbre es condición de la búsqueda? La búsqueda de pareja en la Web es, como la actividad erótica misma, una práctica humana. Y en esta indagación (hacia uno mismo y hacia los otros) hay nuevas modalidades. Hoy, lo “exhibible” en la esfera de la pornografía se rebalsa sobre otros ámbitos de la vida cotidiana y sin dudas el amor y el erotismo se ven atravesados por la impronta gráfica que la pornografía imprime sobre la virtualidad. La del cuerpo y la del lenguaje.
Los juegos del límite: trazos de una semejanza entre lo porno y lo heavy – Andén 80
¿Qué pueden tener en común el porno y el heavy metal? Desde el Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre el Heavy Metal Argentino (GIIHMA) se traza una alianza analítica fundamental para proponer y comprender una ética y una estética común en ambos lenguajes.
Erótica tentacular – Andén 80
Alegorías, metáforas, eufemismos: no pertenecen sólo al lenguaje verbal. También al visual, que también es narrativo. Y las alegorías también son parte de la representación pictórica sexual a lo largo de la historia. En esta nota, Matías Chiappe Ippolito indaga las raíces pornográficas de una de las naciones con mayor industria porno del mundo: Japón. Y en esa tradición encuentra nada menos que pulpos. Quizás alegorías, metáforas o eufemismos. O quizás no. ¿Acaso nunca la flasheaste raro?
¿Por qué hacer pornografía? – Andén 80
¿La fantasía de quién se representa? La pregunta que este artículo plantea conduce a un relato autorreferencial, confesión que se orienta a producir un cismo en los discursos heteronormativos en torno a los vínculos sociales y sexuales y en torno a la fantasía como ámbito de poder. Un testimonio para pensar el carácter político de lo personal.
«Es un mahometano el que se desliza»: erotismo y pornografía en la poesía clásica árabe – Andén 80
Ya nos lo enseñó Edward Said es su célebre Orientalismo: Oriente es una construcción discursiva. Y bueno, todo parece indicar que nos quedamos con esa construcción y al diablo con el conocimiento. Para contrarrestar, este artículo nos ofrece una mirada hacia una faceta de la tradición árabe que suele ser ignorada: la tradición erótica en la poesía.
E=mc2 – Andén 80
El cine Gran California, en la vieja Ciudadela; Los videoclubs del conurbano donde se alquilaban películas condicionadas de los setenta; viejas revistas en blanco y negro pegadas en las gomerías, los tan reveladores dibujos de los baños en la estación de Morón. Todos esos hitos recorridos por la pluma obsena y pegoteada de Gustavo Guevara quien – como muchos – se daba amor a sí mismo ilustrando su imaginación con las mujeres de Milo Manara, Altuna y José Olivera, autor de ese otro pajero incurable, Piturro.
5 discos 5 para mandarla cruda y a lo bestia – Andén 80
La pornografía es una categoría difusa y en constante revisión que se encuentra incluso donde la ignoramos. La falsa intimidad de los otros se nos impone en imagen como producto de entretenimiento a consumir. El cuadro de la genitalidad plena nos invade los ojos, nos ocupa las manos y se derrama en aspectos de nuestra vida que van configurando al pequeño gran voyeur que llevamos dentro.