Hace seis años volé de la ciudad de Buenos Aires como muchas personas que se  deciden por un cambio… Es en torno a este cambio fuerte de vida y de lugar, donde mi mirada hacia casi todas las cosas se fue transformando. En algunos aspectos, fue de a poco y, en otros, con una rapidez muy singular.

De aquel lugar me traje cosas (muchas), saberes y vivencias. Bueno, todo eso se transformó y sigue en proceso.

Sin acudir al diccionario y tan solo con decir en voz alta “transformación”, se me cruza la palabra “forma” y sus conceptos tan variados.

Es algo así como: la forma se traspasa… La forma se asalta, la forma se disloca, la forma se saltea… y, al mismísimo tiempo, entonces la forma se presenta fuerte.

Es necesario abrir aquí un pequeño paréntesis temático, si se quiere, para dejar asentados algunos conceptos sobre la forma en los procesos creativos escénicos.

Lo formal, la forma en el teatro es un concepto abordado con mucha conciencia. La forma es inherente al teatro. Para tratar un texto, intervenirlo y transformarlo, lo formal se agranda. A mi modo de ver y hacer, este formato me nuclea, me guía y me muestra el camino o los caminos posibles para hacer teatro.

Se puede decir que en mi trabajo parto desde lo formal para entender, para comunicar a los actores lo que quiero que hagan, para facilitar el camino. Pueden ellos, después de un tiempo de prueba y error, romper la forma, pero solo si la vimos alguna vez claramente. En un léxico muy casero, la forma es el frasco donde vertemos el contenido del personaje (micro) en macro la estética, nuestra impronta puesta en la totalidad de una obra.

Necesitaría mucho tiempo para desarrollar este concepto y más, si quisiera que les quede enteramente claro, porque es muy personal este abordaje y este entendimiento. Es más, cada vez que lo quiero comunicar, le encuentro múltiples aristas. La parte más interesante que tiene.

Vamos al tema.

Desde la distancia

Hablo de mis distancias porque estoy lejos de los lugares donde el teatro se desarrolla en permanente ebullición y esto agrega otra distancia que es la que me aleja de la lectura y de la comprensión y entendimiento de la actividad en esos lados.

Claro que no he dicho aún desde donde escribo. Estoy en las sierras de Córdoba, el lugar donde más realice mi actividad. He aquí la gran transformación del teatro, empezando por mí. Suena tal vez impactante…, y está muy bien que así sea. Me impactó sentir con tanta fuerza la necesidad de hacer teatro (escribir, leer, dirigir, gestionar y producir).

Desde mi experiencia, es válida esta aclaración, porque siento que uno de los motores de la transformación de esta actividad tiene que ver con la necesidad de comunicarme y, de allí, toda la diversidad creativa posible.

Comunicar implica el despliegue creativo.

Me valgo de mi creatividad para comunicar algo.

Nos comunicamos mediante la creatividad

Pequeño acercamiento a una posible lectura de lo que pasa en la ciudad de Córdoba
En la lectura de los movimientos y dinámicas de la actividad teatral y de sus múltiples transformaciones, me voy a aventurar muchísimo y decir que desde este punto de vista (mis distancias) he visto y sentido un vuelo creativo y estético gigante. El contexto sociopolítico, desde ya, nos ofrece diversidad de temas y muchas imágenes fuertes para desplegarnos, pero también hay que reconocer que el crecimiento del teatro (actores, autores, espacios, compañías, escuelas y festivales, etc.) está en cada hacedor. Algunos en soledad (autores) y otros en grupo (las compañías y escuelas).

En esta provincia, se hace teatro con mucho compromiso, en la ciudad hay cantidad de autores y autoras, compañías y actores y actrices. Tuvimos la suerte (con mi compañía y con mi sala) de recibir a muchos de ellos. Hemos visto la forma de hacer teatro con humor y compromiso con mucha contundencia. Vale nombrar a Daniela Martin, Jorge Villegas, Marcelo Arbach, Eva Bianco, Soledad González, Paco Giménez, y tantos más.

Estos talentos cordobeses tienen mucho que decir y no se quieren parecer a nadie. Yo me quisiera parecer a ellos alguna vez.

En el interior de la provincia, la actividad también está presente, en Rio Ceballos de la mano de La Beba teatro, donde desarrollan hace varios años un encuentro que viene moviendo mucho público y compañías de todo el país; en Capilla del Monte, se cuentan hacedores como la gente de Viva Falucho, donde se nuclean actividades de circo y humor, y un espacio que emerge y resiste: Viarava, allí se produce teatro y funciona una radio comunitaria. No es muy abundante la actividad, pero está creciendo.

Siempre que me toca reflexionar sobre el teatro nacional, pienso que es un tanto triste la poca participación de muchas provincias de este país que seguramente tienen mucho que decir, entonces me pregunto por qué no lo hacen o por qué no lo vemos o no se hacen ver.

En este pequeño pueblo llamado San Marcos Sierras, somos muchos los venidos de algún lado. La mayoría porteños. Los nativos de a poco nos van aceptando, sus costumbres tienen más que ver con la música y con las actividades del campo. Desde allí, se expresan ofrecen alimentos y música. Los venidos lo hacemos tal vez desde un lugar más intelectual, por lo cual el cruce de culturas aún está recelando pasados y otras formas. La interacción de estos espacios sociales nos provee de materiales a veces literarios y otras veces estéticos, que enriquecen al quehacer teatral.

En mi caso y el de mi compañía (Cía.Teatral Taf) fuimos construyendo un proyecto que intento mostrar la forma de hacer teatro como en las ciudades. Esto es, solicitar derechos de autor, pensar lo estético claramente, vestuarios, sonido, iluminación y escenografía. Asimismo un horario de comienzo de función y entradas con valor, ensayos tomados con responsabilidad… etcétera. En torno a todo esto es que se logró una transformación del teatro en este pueblo. Vale decir que no hay muchas compañías, de hecho somos solo dos, entonces el contraste en las formas de hacer teatro se vio muy fácilmente.

La otra compañía local es Desparejos. Trabajan textos del tipo sainete y grotesco criollo. Y el grupo Algarrobo dejo de funcionar hace más de diez años. Este pueblo guarda en su tradición el teatro. Posiblemente por la cantidad y diversidad de personas que lo habitamos.

Presente teatral
Para sostener esta forma de hacer teatro, hemos tenido que lidiar con muchos factores que afectaron algunos aspectos tales como la puntualidad en el comienzo de la función y el pago de entradas.

Sostener no es solo que siga funcionando nuestra sala (Galaxia Taf, cerrada en febrero de este año), también es seguir atrayendo público para que vea lo que hacemos, para que complete la sala, para que complete la comunicación. La falta de un público ávido de ver teatro y que se mantiene en su lugar de espectador desmotivaron las ganas de seguir programando teatro y en consecuencia de virar la grilla hacia propuestas más llamativas y menos silenciosas. Sostener la actividad de la sala para que siga funcionando a pesar de no programar lo que queríamos. Esa fue una forma que tuvimos que instaurar para seguir teniendo un espacio de producción y de actividad cultural durante el año.

Si bien fue un momento con cierto gozo nos hemos preguntado más de una vez por qué sucede, por qué sucedió esa transformación. La respuesta fue reconocer que en este lugar, al que también llamamos turístico, el éxito de la temporada pasa por llenar un espacio y llenar los bolsillos.

La pausa
Nos corrimos, nos alejamos de esto, agradecidas y con ganas de que decante, todo.

La pausa nos atrajo hacia otra transformación. La de re-afirmarnos en las ganas de hacer y de comunicar mediante lo escénico. La forma es producto de esa decantación, esa forma única que nos da la experiencia. Esa forma única que viene después del recorrido. La que creemos que es la auténtica y la que creemos capaz de seguir afrontando cambios.

 Así las cosas, así el teatro y así sus cambios y transformaciones.

Final feliz: en diciembre reabrimos Galaxia Taf

¡Salud!

En un país donde todo está ciego y la cultura vendada, una sala de teatro abre sus puertas,

(…y la Cabra siempre tira al monte…).

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