Residente calle 13 en la Facultad de Derecho – UBA” decía el título del extraño mail que se depositó en mi casilla de correo. Por un segundo imaginé que Calle 13 podía llegar a dar un recital en las amplias escalinatas de la Facultad de Derecho, pero al abrir el mail decía: «Puerto Rico, América Latina, Egipto la juventud del mundo se levanta”

Panelistas: René Pérez (Residente Calle 13), Hernán Cabra (Las manos de Fillipi)

Mi sorpresa fue mayor al  ver a René Pérez como panelista de una temática tan compleja e interesante como la que está atravesando Oriente y Puerto Rico. “Jueves 17 en el aula magna de Facultad de Derecho”, decía la cita.

Allí estaba con mi grabadorcito, en primera fila  y con todos mis reflejos en alerta para salir corriendo y hacerle algunas preguntas, antes que las fanáticas se desquicien y acorralen a Residente para sacarle fotos y pedirle autógrafos. Desde los palcos de la Facultad de Derecho se veía a Residente sentado en el panel escuchando, llevaba puesta una remera negra que decía: “¡al carajo con la cuota!”.

En la charla habló Xiomara Caro, quien es portavoz del comité de representación estudiantil de la Universidad de Puerto Rico. Ella contextualizó la situación estudiantil que estaba atravesando Puerto Rico, contó que los estudiantes en Puerto Rico hicieron 62 días de huelga en la universidad, se organizaron y formaron comités de base para tomar las decisiones y negociar con las autoridades de la Universidad de Puerto Rico. La huelga  se desató porque las autoridades de la universidad decidieron aumentar la cuota a 800 dólares, es decir un 150% más de lo que pagaban antes, lo cual dejó afuera a miles de estudiantes, por lo que estos reaccionaron y estuvieron 62 días en la universidad reclamando y resistiendo contra la policía de Puerto Rico que hasta se había metido dentro. Es en este contexto que Residente Calle 13 estuvo apoyando a los estudiantes puertorriqueños donde finalmente lograron que el director general de la Universidad renuncie y pospusieron el costo de la matricula.

Luego de que Xiomara y el cantante de Las Manos de Filippi hablaran,  le toco el turno a Residente. Comenzó diciendo que estaba contento por todo lo que estaba compartiendo pero que no iba a hablar mucho porque él solo sabía hacer rimas bonitas. Durante la charla se mostró como una herramienta más para apostar a la lucha por una buena educación: “Puerto Rico ha sido una colonia desde hace mucho y la educación ahí no es buena. Necesitamos una buena, como la de ustedes. Necesitamos crear una unidad estudiantil latinoamericana y que haya comenzado por Argentina para mí es muy valioso, ya que Argentina es mi segunda patria”.

Cuando la charla terminó, salí disparando para dar la vuelta e intenté acercarme a Residente para ver si podía mantener un diálogo con ANDÉN, pero al ser una figura tan importante lo tenían más que acordonado. Entre manoteos y empujones, logré seguirlo hasta el ascensor, estire la mano y le pregunte: ¡René!, ¿necesariamente el Arte tiene que ser político? Y me dijo “no, uno puede hacer arte…” y en ese momento una mano más grande que el tamaño de la cara de un adulto nos separó, cerró la puerta del ascensor y René se fue.

 Solo fue una pregunta disparadora para introducirnos en la estación que hoy nos toca visitar: Arte y política. Es aquí donde el cantante de Las Manos De Filippi, Hernán Cabra, decidió subirse al tren y bajarse con nosotros en esta estación que desde lo lejos llama la atención porque los escultores de las obras saben que al tallarlas están haciendo política.

ANDÉN: ¿Qué es el Arte para vos?

H.C: Creo que el Arte libre en este sistema capitalista no existe, porque mientras haya gente explotada y muriéndose de hambre no puede haber Arte. Pero lo más cercano al Arte es luchar para que la juventud pueda expresarse libremente, porque para que haya Arte tenés que luchar contra este sistema.

ANDÉN: Entonces, ¿necesariamente el Arte tiene que ser político?

 H.C: No, al contrario. Justamente, la libertad de crear va por ese lado, el artista tiene que expresarse de la mejor manera siempre dentro de los límites que este sistema le pone. Nosotros al formar al M.U.R (Músicos Unidos por el Rock) encontramos el lugar donde militar contra el sistema, entonces en el momento de crear no tenemos la necesidad de ser tan explícitos y putear, aunque es algo que nos sale naturalmente (risas).

ANDÉN: Justo ahora que estuvo Calle 13 compartiendo el Panel con vos ¿por qué creés que Calle 13 por un lado tiene toda una postura crítica y una conciencia política frente a algunas injusticias sociales pero por otro lado continúa reproduciendo algunas posturas machistas y sexistas en la letras del reggaeton?

 H.C: Para mí los ritmos son herramientas que tiene el músico para crear, pero también los ritmos los agarran las industrias culturales y los estereotipan. Pasó acá con el tango y la cumbia, pero lo que tiene que hacer el músico es agarrar ese ritmo y trasformarlo. Por ejemplo, ahora hay bandas de músicos que tocan tango pero no es ese tango machista de la época de Gardel. También tiene que ver con lo que la sociedad te demanda, el músico no se tiene que quedar atrapado en un cliché de ritmo. Nosotros en las Manos de Filippi  hacemos reggaeton, cumbia y tratamos de ponerle hasta tango.

ANDÉN: ¿Cuál es la cintura que tiene que tener el músico para que su música sea tentadora para la industria cultural pero por otro lado, una vez que está dentro, rechazar los mecanismos discursivos que le proponen las discográficas?

 H.C: Creo que el artista tiene que estar conectado con la época, con la masa, tiene que vibrar al mismo ritmo que le propone la sociedad. El artista que logra eso es una artista popular. La buena letra es aquella que cuando uno la escucha después de 20 años te sirve para ver en qué sintonía estaba la sociedad de aquel momento.

ANDÉN: ¿Qué querés trasmitir con tu música?

 H.C.: Trato de hacer una canción sincera y no dejarme guiar por lo que las compañías creen que es lo que “se vende”. También trato de jugar con letras que ya están instaladas en la gente y modificarlas y tratar de salir un poco de lo que Capussoto plantea cuando representa a Pomelo, salirme de esa estigmatización del rockero.

Así fue como en el Aula de la Facultad de Derecho se expresaron dos manifestaciones políticas que generalmente se ven en las obras de algunos músicos. Algunas más explícitas, quizás por eso menos masivas y populares, como es el caso de  las Manos de filippi y otras mucho más masivas y populares pero no por eso apolíticas sino todo lo contrario. El ejemplo lo tenemos en las letras de Calle 13 donde pueden salirse del cliché del género del reggaeton, expresando rebeldía, denuncia y manifestando la posición de clase y el clima cultural de la clase popular. Cabe resaltar que no con todos los artistas de reggaeton pasa lo mismo. Tal como lo dice Residente en una de sus letras:

“Esta canción va dedicada a todos los llorones del género reggaeton (…) Yo no soy calle (…) pero hay un solo problema, tú tampoco eres calle (…) Te cogió de pendejo una disquera y tienes a un manejador robándote el 20% de toda tu carrera. Unos abogados con todo su buffete te robaron todo tu billete, entonces, ¿¡dónde está el ak 47!?”

Decíamos que no todas las letras de los cantantes de reggaeton son así, pero no por eso dejan de ser políticas. Tanto el reggaeton como la cumbia villera salen de las clases bajas, es la voz de las clases bajas, la voz de los que generalmente no tienen voz y es lo que escuchan ellos. Pero sucede que no solo lo escuchan y lo producen ellos sino que también es producto de la industria cultural y masiva. Estos ritmos populares finalmente llegan a “las fiestas de la burguesía” y todos los terminan escuchando y bailando. ¿Quién no ha bailado Reggaeton o cumbia Villera alguna vez?

 Todo esto nos hace pensar si es un logro de las clases bajas que sus manifestaciones populares y culturales sean escuchadas por una clase que generalmente no los tiene en cuenta o si, para variar, es una apropiación más que hacen las clases altas a las clases bajas. Es decir, no una apropiación de fuerza de trabajo, de tierras, lenguas o religiones sino una apropiación  de su producción musical■

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