Es inevitable pensar lo que se debe o no enseñar en el secundario desde la consolidación y naturalización de la fragmentación disciplinar propia de la modernidad/actualidad pos Revolución Científica del S. XVII. Esto es así, además, porque también parece inevitable armar un plan de estudios para la escuela media a partir de la cristalizada estructura de la educación estatal para todos los niveles que se manifiesta en general como una mera yuxtaposición de “materias”, de saberes disciplinares sin conexión alguna.