Foucault, en su texto Los cuerpos dóciles, habla de educar al cuerpo, de enseñarle formas y costumbres. Nos transmite algo así como que desde que nacemos nos acostumbramos a enseñarle a nuestro cuerpo a ser… No de cualquier forma -esto es muy importante- de la forma que se debe. Se va domesticando, disciplinando al cuerpo para llegar al punto en el cual podamos movernos y actuar en la sociedad como es debido. Digamos que debemos auto educarnos para ser útiles. En el teatro pasa algo similar, en nuestra cultura y en otras, como es el caso del teatro oriental -para dar un ejemplo de extrema disciplina (teatro Kabuki y teatro No japonés)- el cuerpo se ve intervenido permanentemente desde las más simples consignas hasta las que pueden llegar a ser invasivas, incómodas ó fructíferas, bienvenidas o no tanto.