uando se habla de obediencia, se habla de una situación en la que el mandato aparece como máxima de conducta en total ausencia de una evaluación moral por parte del sujeto obediente. Esta figura del individuo obediente reviste de sumo interés en el contexto histórico del régimen nazi respecto de las fuerzas impulsoras que llevaron a los alemanes a participar en el desarrollo del exterminio masivo de judíos. La interpretación más común para explicar esto suele ubicar como causa única el surgimiento de un plan pensado y orquestado por Adolf Hitler desde los inicios de su carrera política y, en