De qué nos enamoramos las mujeres? ¿Qué amamos? ¿Cómo amamos? Un día hace no tanto, mientras limpiaba mi casa, me empecé a preguntar cuál era el sentido de todo, de la vida, de mi vida. ¿Para qué estaba en este mundo? Casi sin saber por qué, la primera respuesta que vino a mí, fue que el sentido era el amor y que, tal vez, mi papel en este mundo era cuidar de otros. Lo raro es que esto no solo no me dio tranquilidad, sino que me generó un insomnio y una angustia que duró todo septiembre. Entonces, eso que
Fromm: obediencia a la Ley del amor como potencia del Ser
n el presente artículo, intentaremos abordar la espinosa cuestión de la obediencia humana desde el punto de vista de la intrínseca disposición de fuerzas que obran en el sujeto humano –la vida y la muerte, la potencialidad y la depresión, la biofilia y la necrofilia, Eros y Tánatos–. Y, para ello, trabajaremos con siete de los libros de Erich Fromm, psicoanalista y filósofo del siglo XX. En una época pandémica, donde todas las contradicciones y simultaneidades socio-tecnológicas parecen comprimirse a fuerza de una reclusión hogareña –en el mejor de los casos–, los grandes temas humanos, como la salud, la vida,
Éxtasis del corazón: saber, amor y verdad en las prácticas sufí – Andén 86
Una página de Facebook llamada “Sentilo, man” invita a los usuarios a subir sus fotos en ese momento de la noche: “En el cual el ritmo nos posee. Es en un segundo. El hit de la vida te atrapa y te descona la cabeza”. Cuando se lanzó, la colaboración fue instantánea y bastante variada, pese a que hoy la cuenta ha quedado prácticamente inactiva y solo funciona como registro de su momento de gloria. Allí se puede apreciar un amplio abanico: la clásica foto de cumbia en un casamiento, luego imágenes de pogos, raves y la querida fiesta con familiares en cuero, tinto y paredes de ladrillo.
El cronista de discos y esas cosas que ya no pasan
No había nadie aun. Los demás esperaban alrededor de la puerta. En grupos. Dos por aquí, tres por allá. Susurrado. Con desconfianza. Mirando a los otros grupitos de reojo sin perder en ningún momento la tensión en los hombros.