Lo más difícil de definir suele ser lo obvio. Los diccionarios dicen que “basura” es la suciedad, una cosa que ensucia y/o los residuos desechados. A su vez, cualquiera de nosotros, podría sostener que la basura es lo inútil, lo que ya no queremos, lo que ya no sirve, lo que no es bueno.
Basura, objetos y memoria – Andén 83
El mundo de los desechos es basto. Tanto, que la casi totalidad de procesos humanos finaliza con alguna de sus formas. ¿Qué decir entonces de aquellos restos que revelan procesos de otras edades y de otros pueblos? ¿Qué decir de aquellos desechos a los que el tiempo vuelve signos, rastros, huellas del andar de una comunidad por el mundo?
La basura no existe – Andén 83
Actualmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se producen seis mil toneladas por día de desechos. Llenamos una manzana de dos metros y medio de altura por día. La sociedad ya está separando un 25% de los materiales, nadie lo sabe. Los dirigentes insisten con soluciones multimillonarias llave en mano, sin embargo, todavía no sabemos cuántos kilos manejan las cooperativas. ¿Quién se hace cargo? ¿Qué le queda a las generaciones futuras?
Basura patológica hospitalaria – Andén 83
Existen tantos tipos de basura como de actividades del hombre. En nuestra vida cotidiana nos cruzamos con muchas de ellas. ¿Pero qué ocurre con aquellas con las que la mayoría de las personas no estamos habituadas a tratar; en este caso, ¿los residuos patológicos?, ¿qué son? ¿Qué protocolos se deberían seguir en su tratamiento? Un pequeño acercamiento a este tema gigante.
“La basura es una riqueza, por eso un montón de gente quiere usurparnos el laburo” – diálogo con Sergio Sánchez, presidente de la federación de cooperativas de cartoneros – Andén 83
Trabajar con lo que otros desechan o descartan y vivir de eso es uno de esos espacios conceptuales que amplios sectores de la clase alta y media biempensante han puesto desde siempre dentro de las zonas de la indignidad. Sin embargo, miles de personas sostienen sus vidas y las de sus familias con honradez y trabajo gracias a una riqueza que una parte importante de la población elige no ver.
Qué hacemos y qué podemos hacer – Andén 83
Los desechos y desperdicios son un problema en todos lados, principalmente en los grandes centros urbanos. La ciudad autónoma de Buenos Aires, el más poblado del país, tiene una larga historia de idas y vueltas en políticas vinculadas al tratamiento de residuos. Sin embargo los resultados están a la vista. ¿Qué responsabilidad le cabe a las autoridades y qué responsabilidad a los habitantes? ¿Cuánto se sabe realmente sobre la magnitud del problema?
Grandes hechos de la historia – Andén 83
Se habla mucho de los vínculos entre arte y militancia pero no tanto de los elementos con los cuales ese arte cobra una verdadera dimensión política y transformadora. Con la basura como dadora de múltiples significaciones la Vallese abre un campo estético y reflexivo capaz de poner en relieve los conflictos sociales que están en la base misma de la sociedad generadora de desechos. Esas experiencias, aquí, en palabras de una de sus protagonistas.
La basura. Un problema no desechable – Andén 83
Dejamos de ver la basura que recoge el sistema de recolección cuando se la llevan, pero no deja de existir en ese momento. Como en tantos casos, es más fácil borrar de nuestra conciencia lo que no se ve, sobre todo cuando la voluntad va en esa línea. Basura, rellenos sanitarios, ciudadanos, gobiernos, sociedad de consumo, ¿dónde está el ser humano?
Soltar – Andén 83
No solo existen los que viven para desechar o los que viven de los desechos. Hay -entre tantos otros- quienes compulsivamente no pueden transformar las cosas en basura, quienes no consiguen ver la finitud que habita en aquello que utilizamos. Síntoma de sociedades que viven de la producción de lo irrelevante, los acumuladores padecen un trastorno que los pone frente a frente con el concepto de derroche, como un espejo que devuelve el negativo, sufriente, de la imposibilidad.
La historia de las cosas – Andén 83
Eso que se transforma en basura por un simple cambio de enfoque tiene, además de un origen material, una historia, una trama en la que está inserta. Lo desechado forma parte de un conglomerado de procesos sociales, económicos, políticos que quedan sepultados en la cotidianeidad. Volverlos a la luz es, en parte, la intención de Annie Leornard.