La colonialidad hunde sus raíces en nuestro sentido común, y desde allí germina, lenta, hasta ofrecer los amargos frutos que luego, la mayoría de las veces, recogen los grandes medios de comunicación para alimentar nuestro insaciable apetito de realidad. Las operaciones mediante las cuales, sobre todo los informativos, producen y reproducen las condiciones y los condicionamientos propicios a las más variadas y sutiles formas de dominación y justifican las muchas maneras de la desigualdad son numerosas. Aquí nos detendremos, sucintamente, en una de ellas.
De cómo el Estado de 1880 no es un Estado Nación – Andén 46
Las ideas discriminatorias de Cané lamentablemente aún retumban en estos tiempos, sus resonancias las pudimos percibir contra los festejos del Bicentenario, contra la ley de matrimonio igualitario. Nosotros y ellos. Hubo que esperar hasta la mitad del siglo XX para que en la Argentina surgiera un Estado Nacional y por ello popular. Algo que felizmente parece insinuarse nuevamente.