El dedo que punta – Editorial 94

ensar la política es, en gran parte, pensar la obediencia. Si nos remontamos al sentido original de la palabra, cómo y cuándo someterse al imperio de lo común; desde Platón y Aristóteles pasando por los sofistas, Marcilio de Padua, Maquiavello, Hobbes y los contractualistas, hasta los posmodernos más cerriles se han preguntado cuándo conviene hacer lo que nos dicen y cuándo no. En esa saga de pensadores de la obediencia y la desobediencia, una parada obligada, que ingresa por la tangente, la constituye el texto del francés Étienne de la Boetié, titulado “Discurso de la Servidumbre voluntaria”, del año 1530.