Algún tiempo atrás, apareció en la red social del odio #Twitter un “hashtag” una tendencia, muy particular, #CatamarcaNoExiste. Intentar ensayar la explicación de un chiste o de una ironía, aburre tanto al escritor como al lector, a la ves que es un imposible. La cuestión es que la cuenta de Turismo de Catamarca, entendiendo todo, respondió (no cito textual) “Catamarca no existe, ah re que si, los invitamos a conocerla”. Repito: entendiendo todo lo que hay que entender, y que es imposible de explicar.Lo que también es imposible, es que un pequeño pueblo de agricultores del norte de Italia llamado
Obligación mística: la leyenda de la ley
Paradójicamente esta nota fue una de las más desobligadas, desobedientes y, ¿libres?, de las últimas emisiones de Andén; al menos así me engaño. La nota misma ha funcionado −hacia dentro de ella y hacia mí− como un leve experimento sobre la obligatoriedad en general y, en particular, sobre la obligatoriedad de escribir o de “hacer” algo de determinado modo. Siguiendo con el sinceramiento, queridos lectores, la nota (y el Andén todo) estaba programado, debía salir en octubre pasado, noviembre a más tardar. Y aquí estamos, la redacción de esta nota aún no sabe si ella misma verá la luz. El
El mito del tiempo artificial – Andén 92
Siempre he pensado los textos como esculturas o como la panificación desde la “masa madre”. Una materialidad, una objetualidad primigenia. El lenguaje, las lecturas previas que se van moldeando, que cobran vida propia, también la metáfora bíblica del barro podría ser adecuada −cada texto como un Gólem−.
Ritmo, música y estética – Andén 91
Este texto es el desprendimiento de una investigación de la estética en la obra de San Agustín y el intento de unificar una dispersión constitutiva de conceptos que, de alguna extraña manera, son válidos en la actualidad.
Más terror por favor – Andén 90
Me resulta difícil realizar una retrospectiva sobre la obra de Ishiguro (nobel 2017) pues la mayor parte de sus libros no los he leído; lo que sí puedo y quiero hacer es contar las primeras sensaciones de su libro Nunca me abandones, el cual sí leí y releí en varias ocasiones.
Transducción: la transformación del pensar – Andén 89
En un ejercicio de absoluta irresponsabilidad, de un reduccionismo incluso antipedagógico, podría decirse que los grandes, y por qué no, los únicos temas del pensamiento racional del último siglo han sido el sujeto, el objeto y el tiempo. Para ser más irresponsable aun, podríamos decir que nos hemos interesado en un “algo” (sujeto, objeto, individuo, ser, cosa, etc.) que discurre, que está, que se queda, que deja de estar en un “tiempo” (historia, espacio, memoria, imaginación, lugar, etc.). Estas palabras: sujeto, objeto y tiempo pueden entremezclarse, superponerse, oponerse, unirse, anularse, hasta el infinito (la tinta filosófica aguanta y ha aguantado todo o casi todo).
En la religión de la razón. Azar, juego y probabilidad – Andén 88
En este escrito voy a jugar. Y lo voy a hacer de manera muy superficial y aficionada con un par de nociones y conceptos de Ian Hacking, especialmente los desarrollados en dos obras como son La domesticación del azar y El surgimiento de la probabilidad.
Arquitectura política – Andén 85
La presente opinión responde a una aplicación de una columna publicada en la Revista del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Catamarca. La temática sigue intacta, entendemos la importancia de no dejar de enunciar la Arquitectura como una de las intervenciones políticas más pragmáticas en el acontecer social. En aquel momento, el texto fue un producto de liso y llano de la lectura de La Condición Urbana de Oliver Mongin, y aun lo es.
La experiencia del andén – Exclusivo Web
Puedo ensayar, es decir equivocarme, que nuestro nombre “Andén” fue predestinado por una mente lúcida y previsora, a sabiendas de las posibilidades que la denominación daría. O puedo, también, afirmar con vehemencia todo lo contrario: que los escritos de “Andén” fueron llenando un contenido no previsto en lo absoluto y que los sabios azares de la improvisación fecundaron sin saberes; que el casual devenir solucionó imposibles.
Desde el Noroeste hacia el Sudeste: Utopía – Exclusivo web
Hemos terminado, afirma enfáticamente Rancière, con la utopía estética. Es decir, con la idea de una radicalidad del arte y su capacidad de contribuir a una transformación absoluta de las condiciones de existencia colectiva. Esta idea nutre las grandes polémicas que señalan el fracaso del arte, nacido de su compromiso con las promesas falaces del absoluto filosófico y la “revolución social”.