«Al orgasmo lo inventó la revista Cosmopolitan en los años ochenta”, dijo una vez Sofovich en alguna emisión de Polémica en el Bar, y las carcajadas fueron unánimes. “¿Vos te pensás que mi madre en los años cincuenta no tenía orgasmos? ¿De dónde te pensás que vine yo?”, le respondió uno de sus interlocutores. “¿Pero qué tiene que ver?”, arremetieron los demás casi al unísono, advirtiendo la confusión del interviniente entre goce sexual y concepción.
5 discos 5 para las ¿almas? sensibles – Andén 34
No hay modo alguno de estar a favor del aborto, aunque sea necesario, se lo acepte como tal y se obre en consecuencia. Aun cuando algunos lleguen a la conclusión de que no han matado a nadie, la reflexión subsiguiente deja, y debe dejar, ese extraño sabor en la boca que deja la duda cuando nos ha picado para siempre. Porque no sabemos si el alma existe o no, y si existe si los dioses nos lo tendrán en cuenta. Y si no existe tampoco sabremos si hemos desechado o no la oportunidad de parir y formar al otro ante el cual reflejarnos y proyectarnos al futuro.