El teatro desde su origen guarda relación con la estructura religiosa principalmente por su carácter de rito. Es rito desde su esencia porque, adquiriendo los elementos como tal, surge tanto en oriente y occidente como manifestación sagrada, como forma de culto a las divinidades, expresión que a través de la acción representativa mostraba la relación entre los seres terrenales y las divinidades. En ese momento y por mucho tiempo, lo que hoy llamamos teatro se daba sólo en este tipo de contextos ceremoniales, hasta que de a poco las distintas civilizaciones fueron incorporando los elementos del arte escénico en distintas festividades.