Aprendiste el abecedario jugando al ahorcado, la trasposición lúdica de la afasia. El mutismo de aquel que se queda sin aire y sin vibración posible y no puede enunciar libremente lo que desea. Tus compañeros te tiraban las letras que el muñequito no podía articular y a medida que salían desaciertos, acercaban al muñeco a su inminente aniquilación. Después aprendiste las reglas del Tutti Fruti, el juego autogestivo, fácil de improvisar y útil para desarrollar el pensamiento analítico, la idea de categorías generales y el concepto de hipónimos e hiperónimos. Te adaptaste a la falta de papel y te aggiornaste con el repechaje.
“El vocabulario no está completo, pero lo que dejó Tolkien son muchas raíces para formar palabras y ser parte del proceso de creación”. Diálogo con Juan Ignacio Cesio, miembro de la Asociación Tolkien Argentina – Andén 78
Juan Ignacio Cesio (Nacho) es miembro de la Asociación Tolkien Argentina[1] y parte de la comisión directiva. Desde su adolescencia, forma parte de ese espacio que difunde la obra de J.R.R. Tolkien. Nacho nos enseña algunas cosas sobre la creación narrativa de un mundo donde la lengua es piedra fundacional.
Cuando la lengua es un arma: Haití como debate en la Latinoamérica del siglo XXI – Andén 78
No son nuevos los gestos solidarios con Haití, el país más postergado de Latinoamérica. Sin embargo, hay intereses en juego y un pueblo que se defiende. Una de sus armas es el lenguaje, arena privilegiada de las luchas de clases. Haití representa al continente que debemos defender. Haití sigue siendo la resistencia autóctona frente a los estandartes de Colón.
Con la lengua atada. En busca de un nuevo resurgimiento del lenguaje escrito – Andén 78
Nuevas formas de comunicación, nuevas formas de escritura. Hoy las palabras nos quedan chicas, y recurrimos a imágenes y a simbolismos en el surgimiento de una nueva lengua.
No muere quien no ha vivido. De comunidades que hablan y teatralidad política – Andén 78
El pasado mes de mayo, México y el mundo fueron testigos de una de las vociferaciones políticas de más alta intensidad de los últimos tiempos: Marcos, el vocero de los zapatistas, ha declarado su propia muerte. Es decir, que aprovechando la oportunidad de anunciar el carácter ficcional de su personaje, nos notificó sobre su muerte. Muerte, también, ficcional (o no).
Arteterapia…, ¿otro lenguaje o el mismo? – Andén 78
Muchas veces lo verbal no está. Muchas veces la palabra es solo un balbuceo. Muchas veces la palabra no basta. ¿Qué significa comunicarnos desde otro campo que no sea el verbal?
Oíd mortales, el grito sagrado – Andén 78
El grito es un relampaguear de las emociones. Espontáneo, inconsciente, instintivo. Es el último aliento, se dirige hacia otros. Un grito es inmune a las voces mentales que lo comunican. Gritar es un modo de parir, de desestructurar, de abrir, de ser, de deshojar, de reír, de dispartir, de saltar hacia el no pensar.
Campesinos de la palabra. Traducción, invisibilidad y cultura – Andén 78
La aventura del género humano por comunicarse con el lenguaje que le fue dado, a pesar de la lengua que le haya tocado: comprender y comprenderse. Ya sea para aprender a utilizar una máquina y realizar nuestro trabajo o prepararnos para rendir un final sobre el pensamiento de Hegel.
Las derivas del sentido o el sentido a la deriva. Un comentario sobre otros comentarios – Andén 78
«la batata para el kilo, q faltaba en el cirko k!!!” ¿A qué refiere esta frase? Si estuviésemos jugando a las adivinanzas, Sr./Sra. lector/a, es probable que usted nunca llegue a la solución correcta. Pero para no demorarnos en juegos, le adelantamos que esta frase, extraída del suplemento “Espectáculos” de La Nación, es un comentario de un lector que refiere a una instructiva nota sobre rumores de amoríos entre un par de personajes de la farándula.[1]
Es la nación, carajo – Andén 78
Cuando le digo a la gente que estudio cultura japonesa, casi siempre, me suelen mirar raro; algunos se ríen, otros –más diplomáticos– asienten y agregan: “Pero qué interesante”. También están aquellos que se permiten afirmar que alguna vez vieron Mazinger Z, o que escucharon unas flautas japonesas en la película tal, o que saben que un samurái era una persona noble y desinteresada. Hay personas que tienen hijos que hacen karate o judo, y hasta habrá algún demente que sabe que la dieta japonesa no se reduce al arroz. También están los que hablan del trabajo, de la disciplina, de cosas así. Pero yo sé que en realidad lo que la mayoría de ellos piensa es: “Y este, ¿de qué carajo me está hablando?”