Se sabe que aquí en Brasil el ganador de la primera vuelta electoral siempre se impuso en el segundo turno. Ergo, Serra no debería ganar. Y respecto de la segunda, la matemática, dicen todas las encuestadoras, incluso las más mimosas con el candidato de la oposición, que la señora está cada vez más cerca de los 50 puntos, mientras que él apenas si arañó los 40.
Segunda vuelta en Brasil y un escenario imprevisible
Conseguir mayoría absoluta era el requisito indispensable para que Dilma Rousseff, candidata por el Partido de los Trabajadores (PT), asuma el 1º de enero del 2011 la presidencia de nuestro país vecino; quedando a un paso de convertirse allí en la primera presidente mujer. Sin embargo, el 46,90% alcanzado, obliga a que el próximo domingo 31 de octubre, el pueblo brasilero se enfrente ante la disyuntiva de elegir entre la candidata de Lula, y el representante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, que alcanzo un 32% de los votos, tal como preveían las encuestas.
Elecciones en el país de Lula: Díuma (*)
A menos de dos semanas de la elección, le acerco esta primicia: la Academia Brasileña de Letras está por incluir en su diccionario este nuevo sinónimo: Dilma es Lula. staba cantado: candidato –o candidata– que desarrollase más temprano tupida barba y aguardentosa voz, picaría en punta y condenaría a los otros ocho a tragar polvo hasta el final. Dicen que guerra anunciada no mata moros. Excepto en Brasil. Cuando en enero pasado las encuestadoras brasileras le ponían el termómetro a los electores, la ventaja que ostentaba el candidato opositor José Serra (jura que come cebolla pero se la pasa eructando