En las películas norteamericanas clásicas siempre había entre sus personajes secundarios un actor de color. Luego, en los 80 y 90, siempre había un oriental. En las películas actuales, siempre hay un latino. También en las películas alemanas actuales hay un turco y en las italianas hay un filipino. Entonces: siempre hay un inmigrante, porque en la vida siempre hay un inmigrante.