Mafalda es de esas joyas que saben resistir el lastre del tiempo. Siempre actual, siempre vigente, siempre dispuesta a recibir nuestra reiterada visita (por lo menos en mi caso que hace varios años que gasto sus páginas) y generarnos la sonrisa sana unida a la reflexión. Mirada lúcida, penetrante y única la de Quino a través de estos personajes y sus brillantes diálogos. Hoy aboquémonos al fresco que nos ofrece al compartirnos sus vacaciones.