Delimitar el horizonte del término pornográfico es un desafío que puede encararse de manera diacrónica. Historizar las representaciones sexográficas desde las fronteras de lo explícito o lo implícito es un camino posible. Y sobre todo, encarar el desborde de lo explícito en otras esferas sociales. En esta nota, el autor nos ofrece un somero recorrido de las experiencias posibles en el mundo de la moderna burguesía para pensar el lugar que ocupó (y ocupa) el discurso pornográfico emergente y su masificación