De qué nos enamoramos las mujeres? ¿Qué amamos? ¿Cómo amamos? Un día hace no tanto, mientras limpiaba mi casa, me empecé a preguntar cuál era el sentido de todo, de la vida, de mi vida. ¿Para qué estaba en este mundo? Casi sin saber por qué, la primera respuesta que vino a mí, fue que el sentido era el amor y que, tal vez, mi papel en este mundo era cuidar de otros. Lo raro es que esto no solo no me dio tranquilidad, sino que me generó un insomnio y una angustia que duró todo septiembre. Entonces, eso que
Sobre las deudas con uno mismo
a deuda (del latín debĭta, «lo que se debe a alguien») se refiere principalmente a un compromiso. La mayoría de las veces la entendemos como un compromiso que tomamos a futuro con otra persona para pagar o cumplir con algo. Muchas veces es dinero, muchas algún táper o un libro de esos que en realidad la mayoría no devolvemos. El tema son los plazos en mi caso. Por eso me empecé a preguntar sobre las deudas con uno mismo y en cómo organizamos aquello con lo que ya nos comprometimos y debemos hacer. Me debés el informe. Me debés el artículo. Nos
Soltar – Andén 83
No solo existen los que viven para desechar o los que viven de los desechos. Hay -entre tantos otros- quienes compulsivamente no pueden transformar las cosas en basura, quienes no consiguen ver la finitud que habita en aquello que utilizamos. Síntoma de sociedades que viven de la producción de lo irrelevante, los acumuladores padecen un trastorno que los pone frente a frente con el concepto de derroche, como un espejo que devuelve el negativo, sufriente, de la imposibilidad.
“No mires, que es de mala educación”, o justamente todo lo contrario – Andén 82
Desde lo políticamente correcto muchas veces se proclama una integración educativa que no es tal. Ni bien se rasca la superficie de ese pensamiento las buenas intenciones se desgranan en una serie de preconceptos que acaban cristalizando aquello que se intentaba cambiar. Una reflexión, pero también una experiencia sobre las enormes dificultades que depara la integración y lo mucho que beneficia al tejido social.
La pornografía y tu cerebro – Andén 80
Ese sublime y vertiginoso momento en que una ¿espontánea? inclinación al sexo se convierte en adicción. ¿Cómo se produce ese enloquecedor acrecentamiento de autosatisfacción? Largá las manos y leé esta nota, porque el cerebro también es parte de tu cuerpo.
Pobreza y desarrollo cognitivo – Andén 79
La pobreza y la desigualdad social generalmente son atribuidas a una disminución de una amplia gama de posibilidades en los niños, adolescentes y jóvenes. Entonces, la pregunta es: ¿la pobreza y la desigualdad social son realmente consecuencia de una disminución de posibilidades o la disminución de posibilidades es consecuencia de la desigualdad?