La obediencia en la escuela

n par de escenas escolares en torno a la asamblea de aula, concebida como herramienta de aprendizaje y participación democrática, que vienen a ilustrar ciertas concepciones sobre la disciplina y la obediencia, pilares históricos del sistema educativo que una pedagogía crítica no debería soslayar. El planteo del problema Las escuelas están llenas de normas. Por lo general, la directora del establecimiento se llama Norma (cuando no es Mirta o Susana). Además, en las escuelas rige un Reglamento Escolar, un Diseño Curricular, un Estatuto Docente, varias Resoluciones y otras tantas legislaciones por cada jurisdicción. Por si esto fuera poco, en cada

Trabajo Infantil: Una Deuda Histórica

pesar de que en nuestro país se prohíbe el trabajo infantil1, la última encuesta realizada por el INDEC2 en el 2017, informó que casi un millón doscientos mil niños, niñas y adolescentes se encuentran realizando actividades económicas dirigidas al mercado, al sustento propio y familiar y a trabajos intensivos hogareños. Esta deuda histórica debe permitirnos rescatar y revalorizar aquellas conquistas sociales, emprendidas por el movimiento obrero argentino a principios del siglo XX, que buscaban separar el mundo laboral del mundo de la niñez. Pero, sobre todo, que buscaban visibilizar y recuperar las voces y el papel desempeñado por los niños

Treinta y cuatro años de historia personal: Entrevista a mí misma- Andén 63

Raras son las veces que me animo a escribir sobre mí, generalmente lo hago pensando en mi familia, mi militancia política, o cosas de la vida de los otros que son merecedoras de dar a conocer. Pero cuando Andén propone hablar de educación y de estas cosas que pasan… sentí que era tiempo de contar lo mío. No es arrogancia, es que me sentí objeto de estudio y que, humildemente, pueda servir la experiencia para los que vienen.

5 discos 5 para niños que le harán muy mal al mundo – Andén 63

Se dice mucho sobre la niñez, sobre todo desde lo políticamente correcto. Freire y Vigotsky lo hicieron. Rousseau y Perón lo hicieron. Pero lo cierto es que ese cuento de hadas es casi una mentira que nos resignamos a creer. El niño es un salvaje, una bestia despiadada, astuta y cruel hasta extremos inimaginables. Su único propósito es satisfacer su capricho. Al poco tiempo de nacer aprende los rudimentos de la seducción, a sonreír para captar la atención, a exigir, a considerar al mundo como una extensión de sí mismo. Nada muy distinto a lo que canallitas célebres como Kadafi, Ceauşescu o Pinochet dedicaron sus vidas.