Me volví a meter de lleno en la filosofía, me dediqué con una pasión renovada a la literatura y a la poesía, sin volver a leer un diario, ver un noticiero, escuchar una radio. Hasta que hoy volví a escribir. Si no podía escribir sobre la realidad, si no podía reflexionar y pensar en ella, no quedaba más que reflexionar sobre esa imposibilidad.