Para dar fin a algo, resulta un buen ejercicio volver al comienzo, y mirar el camino andado. En la primera nota que dio origen a esta serie de Disparadores Rancieranos, dije que la intención de estas notas era “utilizar una herramienta [las Once Tesis de Jaques Rancière) para profundizar la reflexión, con la intención de llegar a lugares incómodos, que nos hagan repensar nuestras ideas y praxis cotidianas”.
Desde el Noroeste hacia el Sudeste: Utopía – Exclusivo web
Hemos terminado, afirma enfáticamente Rancière, con la utopía estética. Es decir, con la idea de una radicalidad del arte y su capacidad de contribuir a una transformación absoluta de las condiciones de existencia colectiva. Esta idea nutre las grandes polémicas que señalan el fracaso del arte, nacido de su compromiso con las promesas falaces del absoluto filosófico y la “revolución social”.
El fin de la política, el comienzo de la utopía – Andén 75
Nuestra última rancierana se caracterizó por un gesto anti-rancierano: el de someter el análisis conceptual sobre la política a la valoración de una serie de manifestaciones y formas de ser de lo político, fuertemente identificables en nuestra actualidad sociopolítica y cultural. Aquellas que se daban a través de la construcción mediática del asco y de una crítica de la democracia a partir de una exigencia de purificación moral de la sociedad.
De Policías y Medios. Dos cosas, que nada tienen que ver con la inseguridad o la comunicación – Andén 73
Permítanme partir de dos afirmaciones trilladas, pero cotidianas y repetidas hasta el hartazgo en los medios y en las calles de nuestra actualidad. La primera es la relación rayanamente obvia que se realiza entre el problema de la inseguridad y el funcionamiento de las fuerzas públicas de seguridad, principalmente, la Policía. El otro, es la infinitamente repetida tesis, según la cual la realidad se configura a través de la visibilidad que otorgan los “mass media”, sea la televisión, el periodismo grafico o Internet.
El accidente de la política. Ni 8N, ni 7D… R7 – Andén 72
La rancierana de hoy intentará brillar por su simpleza, porque, ¿Qué mas decir sobre el 8N y el 7D?, ¿Qué sobre la disputa entre el Gobierno y Clarín?, ¿Qué sobre la batalla por la autodefinición del “verdadero pueblo” que sale a las calles? ¿Qué sobre el conflicto como forma privilegiada de la política argentina?
Ni la democracia es del pueblo, ni el pueblo es la democracia (Y Perón, Alfonsín y Chávez, están equivocados) – Andén 70
«La Mnemosine de la historia no dispensa su gloria a los ingratos”, esta es la famosa sentencia con la cual Hegel pretendía borrar buena parte del mundo geográfico y de la historia mundial cuando configuró su “Historia Universal”, en las Lecciones sobre filosofía de la Historia Universal. Pero Hegel se equivocó, y la historia conservó y transmitió no sólo todo aquello que Hegel quería borrar, la historia de América, Asia y África, sino también una variada lista de geniales como irrisorias e ingratas sentencias que han sido repetidas y re significadas hasta los días de hoy, constituyendo de manera esencial los distintos sentidos e imaginarios históricos de nuestra sociedad.
Preguntas de ayer para comprender el hoy – Andén 69
De las pocas cosas que pueden aceptarse sin mucha discusión en la actualidad, una de ellas, es la velocidad de los tiempos que corren: las transformaciones que produce la revolución tecnología constante, la globalización, los mercados transnacionales, la economía financiera a escala mundial; y en ese contexto están el vaivén de los Estados-Nación, de las democracias de los países, ya imposibles de designar como del “Primero” o “Tercer” mundo, los partidos políticos polifacéticos que se autodenominan socialistas y llevan adelante políticas conservadoras, o las sociedades conservadoras que botan gobernantes socialistas, o los partidos de derecha que continúan ganando adhesión en una época supuestamente definida por la reactualización de las izquierdas, etc. En fin, tiempos confusos cuya única constante es el cambio.
La política como ruptura – Andén 68
La mayoría de las recetas y recomendaciones prácticas suelen constar de 3 pasos. Tres parece ser la medida justa de lo necesario para alcanzar algo. En nuestro caso, indistintamente de alcanzar algo, puesto que no es el objetivo, tendremos que recorrer 11 pasos; pero a la altura de este tercero, veamos a qué lugar de las recetas prácticas y las destrucciones reflexivas nos llevan tres tesis rancieranas.
Relaciones políticas – Andén 67
“Paradoja”, con esa palabra finalizó la primera nota, con la cual dimos comienzo a esta serie de “Disparadores Rancieranos”, y que en su número inicial, intento pensar esta idea de que “La política es ante todo una relación”, y que es a partir de esa relación que se definen los sujetos políticos, y no a la inversa.
Disparadores rancieranos para pensar la filosofía contemporánea – Andén 66
A lo largo de los últimos quince años, y de las sucesivas traducciones al español, la obra del pensador francés Jacques Rancière se ha puesto en el centro de atención de un variado conjunto de discusiones, que incluyen a la filosofía política, la estética y la literatura, principalmente. Una de las notas distintivas de su pensamiento, nota que lo vuelve interesante para pensar nuestra realidad argentina, es su constante interrogación por la emancipación. Dos de sus más repercutidas obras El maestro Ignorante y El espectador emancipado, apuntalan esta cuestión de la emancipación, tanto en el campo de la enseñanza como en el de la política.