La delegación de ANDÉN viajó al hermano país de Bolivia para asistir a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, junto a diferentes organizaciones sociales de nuestro país. Entre ellas CIRUJA, la cooperativa Integral de Reciclado Urbano Juana Azurduy, de Florencio Varela, presidida por Luis Coria, quien nos contó de qué se trata una cooperativa, cuál es el trabajo de CIRUJA, su inserción educativa, política, social y ambiental en la comunidad; una utopía hecha realidad.

ANDÉN: ¿Cómo surge la Cooperativa?

Luis Coria: Hace 6 años pensamos, primero, cómo cuidar el medio ambiente y luego la “explosión” de los cartoneros hizo que organicemos toda esa masa de trabajadores que se habían quedado sin laburo, y con la idea que teníamos, concretamos, no solo para organizar a los compañeros sino también para decirle al Estado provincial que se puede reciclar. Hoy por hoy estamos sacando entre 15 y 20 toneladas de basura por mes.

Con esa idea, y organizando a los compañeros cartoneros, arrancamos 8 compañeros y hoy estamos trabajando 6 dentro de la cooperativa más unas 300 familias de cartoneros.

ANDÉN: Antes de abordar la CIRUJA, ¿nos cuenta cómo funciona una Cooperativa?

LC: Un poco el nombre te lo dice. En cuanto a la estructura, yo soy circunstancialmente el Presidente, luego hay un Tesorero y un Secretario (estos tres son los cargos legales que te piden el INAES y el IPAC). Realmente, lo que nosotros hacemos es distribuir equitativamente todo el trabajo, pero también equitativamente, todos los recursos (no sólo entre los 6 que estamos adentro sino entre las 300 familias).

La idea es que cada uno cumpla su rol, pero nadie es más ni menos que nadie. La cooperativa es eso: somos horizontales, no hay verticalismo en el cooperativismo, y así funcionamos nosotros.

ANDÉN: Y particularmente CIRUJA, dice que son 6 miembros y 300 las familias que participan…

LC: Claro, participan desde afuera, hoy por hoy no los podemos asociar. Si bien es una asociación de hecho. El tema es que si no todos los meses tendríamos que abonar a cada compañero la cuota social. Y eso lo tendríamos que rendir al INAES,  y no estamos en condiciones ya que el trabajo fluctúa. Especialmente ahora con lo que Cristina (Fernández) ha hecho con el plan “Argentina Trabaja”. Con ello pudimos meter cualquier cantidad de compañeros cartoneros que están cobrando 1200 pesos por mes.

Esto hizo que, al principio, bajara el rendimiento que nosotros veníamos teniendo, porque empezaron a cobrar y a dedicarse solamente a su trabajo. A fuerza de mucha Asamblea, formación y discusión política con los compañeros hemos vuelto a los parámetros normales.

Nosotros entendemos que estos 1200 pesos tienen que servir para engrosar su sueldo ya que una canasta básica familiar –solamente para comer- cuesta  1700 o 1800 pesos. Ellos ahora están llegando tranquilamente al piso. Están haciendo un sueldo de 2200 o 2300 pesos gracias al laburo de ellos.

Pero, con la formación que les damos nosotros, hemos organizado un grupo muy lindo de trabajo que, con conciencia política y ambiental, están trabajando mucho más que antes  y mucho más tranquilos, ya que no están pensando en qué voy a comer mañana. Ellos deciden qué comida van a comer y qué ropa se van a comprar. Esa autonomía a nosotros nos llena de orgullo.

ANDÉN: Es realmente notable que puedan mezclar lo político, lo social y lo ambiental.

LC: Todo atraviesa la cuestión: Políticamente –aunque no militemos en un partido político-, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos tomando decisiones políticas. Pero en este caso, además, incluimos la formación: Les contamos del movimiento obrero, cómo llegamos hasta donde estamos hoy, los golpes militares que se vinieron sucediendo a partir de la década del 30, y que nos falta mucho recorrido: nosotros podemos criticar a Norteamérica, pero ellos tienen 250 años de democracia, nosotros recién llevamos ahora unos 25 años, y para un país 25 años no es nada, pero para una persona es casi media vida.  Por lo tanto, estamos tratando de que tengan esa conciencia. Para nosotros, si están o no están abrevando en nuestra idea política de Gobierno Nacional y Popular, no es un condicionante: cada uno decide, no queremos que vengan por obligación. Nunca hicimos la diferenciación de que si consiguen algo por nosotros tienen que estar marchando como unos tarados sin conciencia a los lugares donde llama la Organización.

Por el contrario, cuando vamos a marchar, hacemos una asamblea y decimos por qué vamos a marchar y por qué no vamos. Estamos en un estado asambletario permanente, con decisiones políticas serias. Y los compañeros definen si van a estar o no van a estar.

Antes de venir a Bolivia, marchamos por la Ley de Servicios Audiovisuales. Allí abrevamos todos y marchamos todos, pero cualquier periodista que le preguntase a los compañeros, no se iba a llevar una sorpresa. Los compañeros sabían por qué estaban ahí: porque tienen conciencia política.

Nos llena mucho ver que un hombre sumiso tratado como un animal, como si fuese de tercera o cuarta categoría, ha salido con coraje para impedir que su familia se muera de hambre. Cuando hay muchos que se quedan en su casa, esta gente salió y demostró que podía generar su propio trabajo; y ahora, cuando estamos más organizados, más son los dividendos que le suman a su  canasta familiar.

ANDÉN: Por el tipo de decisiones y el carácter asambleario que adoptan, ¿se reúnen con buena frecuencia?

LC: Nosotros nos reunimos todos los sábados. La mayoría están en el plan “Argentina Trabaja” –que son 7 horas de trabajo todos los días y no el plan de lujo que mucha gente cree que es-, por lo tanto, cada compañero cumple con el trabajo de 7 horas a la mañana y los sábados 4 horas de formación –tal cual lo plantea el programa-. No obligamos a nadie que venga a la Asamblea, pero allí realizamos formación política y cooperativa, lo que va creando una conciencia superior.

Otras veces realizamos asambleas en la semana, para cuando sale algún tipo de movilización donde tenemos que estar presentes, porque esto de “argentina trabaja” no nos lo regaló nadie, nos lo ganamos con el cuerpo en la calle.

ANDÉN: ¿Cómo es el proceso que realizan, desde inicio a fin?

LC: Nosotros no estamos solamente con los compañeros cartoneros, sino que trabajamos con más de 40 escuelas del distrito de Florencio Varela, con parroquias, etc. Lo que hacemos es dar charlas sobre el medio ambiente. Nosotros creemos que debemos trabajar en la conciencia de los chicos ya que son los mejores voceros para cuidar el medio ambiente: una vez que lo saben, cuando el papá tira algo en el piso o lo mezcla en la basura, ellos mismos le dicen que así no se hace. Entonces damos las charlas.

No es un “le compro a la escuela” o “le compro a la parroquia” los materiales; si no hay un proyecto institucional, un PEI –Proyecto Educativo Institucional-, nosotros no reciclamos con ellos. Los chicos tienen que atravesar ciencias naturales para ver qué le hace al ambiente, tienen que atravesar matemática, porque tienen que saber que  si una familia tipo consume una gaseosa por día, cuántas consume por semana, por mes, por año, y cuántos kilos. Para tener un kilo de plástico tenés que tener –más o menos- unas 22 botellas de gaseosa de 2 litros y medio.

Cuando llega a nosotros, a la cooperativa, limpiamos y separamos los plásticos. Una vez que separamos todo, lo molemos y lo metemos en bolsas de 25 kilos.

Éste es el proceso básico que hacemos. Ahora queremos comprar una estrusora, para poder estrusarlo; y a futuro comprar una sopladora, para poder hacer nosotros mismos los envases.

ANDÉN: ¿Por qué es el objetivo crecer hacia ese lugar?

LC: Todo plástico es derivado del petróleo. Esa materia prima se enfarda y se manda a China. Después vuelven en tela de polar, en ropa interior femenina, en el poliéster. Nosotros queremos darle, desde principio a fin, el valor agregado. Se lo tenemos que dar nosotros, no esperar a que lo hagan los chinos. Por eso, cada vez que vamos obteniendo una máquina nueva, vamos incorporando más compañeros a trabajar dentro de la cooperativa. Ese es el objetivo.

ANDÉN: ¿Cuánto podría mejorarse con el valor agregado y cuál es su importancia?

LC: Podríamos sacar más de un 700 % de lo que está en los galpones. Ésa es la idea. Lo que decimos siempre es que el trabajador tiene que tener un sueldo que cubra, no la canasta básica sino la canasta de alimentos, de vestimenta y de esparcimiento, que tiene que tener todo trabajador.

ANDÉN: ¿Qué incluye esta canasta?

LC: La canasta que nosotros decimos que es real, tiene que incluir vestir a los pibes, poder mandarlos al colegio –no digo al privado porque nosotros abrevamos con la escuela pública-, además la familia tiene que poder salir a cenar dos o tres veces por mes, la familia tiene que ir al cine, se tiene que esparcir y tiene que tener sus vacaciones; y eso no es pedir una utopía, es una realidad concreta que se vivió en la década del 40 al 55, cuando se le dieron los derechos laborales al trabajador (aguinaldo, salario, etc.); fue la primera vez que la clase obrera llenó las playas y las sierras de gente trabajadora que pudo tener sus vacaciones, que podía hacer su casa o comprarse su vivienda y, encima, vacacionar. Laburando una sola persona –como fue el caso de mi papá-, pudo mantener 3 hijos y la mujer, y hacer la casa y tener esto, que es lo que corresponde por derecho propio.

ANDÉN: ¿Hace 6 años empezaron con esta cooperativa con unas pocas personas y ha crecido y se ha insertado en el plano educativo, social y político, ¿qué es lo que más satisfacción le trae?

LC: La satisfacción que me trae la cooperativa es que los compañeros están con la frente alta, y se pueden plantar a discutir política con el mejor pintado. Porque realmente, la conciencia social y política que han tomado los compañeros, nos hace ver que se puede estar cartoneando en la calle y discutiendo con cualquier funcionario. Tenemos conciencia política, porque conocemos las ordenanzas y las leyes que nos rigen. Como estamos formados, nadie nos va a pasar por arriba. Eso es lo que me llena de orgullo: somos compañeros de la misma clase y tenemos discusión política en cualquier plano. Con eso me doy por bien pagado, y me parece que la idea funciona y va a seguir funcionando, de acá y a un movimiento mucho más grande, al cual tenemos que apuntar de ahora en más

Entrada anterior La crisis política argentina: un problema no-político – Andén 35
Entrada siguiente Militancia 2.0 – Andén 35

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *