San Telmo, en los fondos de Gallo Rojo, librería del pensamiento marxista, el cronista de Andén revisa libros que atraviesan el pensamiento de izquierda de todos los tiempos y de todas las latitudes. Será allí donde se encuentre con una de las representantes de la izquierda más roja –como se define– de la izquierda más revolucionaria y aguerrida. Cuando aún la polvareda de las P.A.S.O no amaina el sacudón institucional, Inés Zadunaisky, docente, militante social y precandidata a senadora nos cuenta por qué su partido no llegó a la instancia de octubre, por qué la idea de utopía puede ser engañosa y por qué el aborto es la bandera inclaudicable de la agrupación de mujeres a la que pertenece: Las Rojas. 


Andén: Militando en un partido como el Nuevo MAS (Movimiento al Socialismo) y siendo una persona que se dedica a la política desde las bases ¿Qué creés que es la utopía?

Inés Zadunaisky: La utopía puede tener muchas definiciones o más filosóficas o más literarias. Se me viene a la mente Eduardo Galeano hablando de la utopía como algo que te permite caminar hacia un horizonte. Personalmente creo que la utopía encierra una cosa muy escéptica acerca de la vida. De alguna manera lo que me moviliza, y me movilizó, para militar y para activar y organizar tiene tiene que ver con una idea que me parece un poco opuesta a la idea de utopía, que es el hecho de que no hay un destino prefijado y de que no hay un mundo que se mueve en el cual uno más o menos tiene que tratar de zafar, sino que la humanidad, la vida, la historia las hacemos los seres humanos. Las hacemos los actores y las actrices sociales. Entonces creo que hay una cosa -que a mí me parece mucho más interesante- que es la idea de pasar por la vida dejando huella, es decir, no pasar por el mundo dejándose llevar y tratando de zafar, sino que hay un mundo básicamente injusto y al cual creo que hay que cambiar, y la humanidad tiene esa capacidad. Entonces, más que una utopía lo que me mueve es la idea de que hay una necesidad que es la de transformar la sociedad. Y creo que hay una agencia, una capacidad humana para actuar en esa historia, que la hacemos los que estamos viviendo. Aportarle algo a la transformación del mundo me parece quizás más profundo que la idea más o menos abstracta de utopía.

Andén: ¿Qué es el poder?

I.Z: También puede definirse de muchas maneras. El problema es que la gran mayoría de la humanidad cree que no tiene poder. Cree que el poder lo tienen otros, lo cual es cierto; es decir, en el mundo capitalista los que lo manejan a su imagen y semejanza, los que lo definen, los que lo organizan y los que hacen desastres son un grupo minoritario, que son los que manejan todas las cosas. Pero, a la vez, crean la ilusión de que todos los demás no tenemos poder. Y me parece que, justamente, si la mayoría de la humanidad, que es la que trabaja, la que sostiene con su esfuerzo el mundo, tomara un poco más de consciencia de que en realidad tiene poder, se podrían dar vuelta las cosas. Por ejemplo, la gente en Brasil, entre ellos los jóvenes, se cansó hace poco y salió por un aumento del colectivo, y todos sabemos que un aumento de 0.22 centavos no provoca movilizaciones de millones de personas. Evidentemente hay cosas mucho más profundas que se vienen gestando ante las cuales la población, sobre todo la juventud brasilera, salió a cuestionar y salió a exigir no sólo que se frenara el aumento del transporte público, sino que además empezó a cuestionar la idea de que Brasil es un país maravilloso, que está todo fenómeno y que se están gastando todo en el mundial, pero en realidad hay problemas profundos porque la juventud no tiene perspectivas. Eso demostró un poder extraordinario. Hay otros ejemplos en Egipto y todo lo que fue la primavera árabe. Cuando las mayorías se pudren, se cansan y salen, se dan cuenta de que tienen un poder extraordinario. Esa pelea por el poder es la que mueve un poco las cosas y me parece que tiene que ver con colaborar en ese sentido; mi militancia, mi actividad tienen que ver con eso, con ser parte de una transformación que sea algo de toda la sociedad.

Andén: Hablás de manifestaciones del poder espontáneas y sin embargo la práctica político-partidaria no lo es. ¿Cómo aúnan la espontaneidad con lo programático?

I.Z: El MAS no busca el poder a través del voto. En primer lugar porque no creemos que la manera de transformar la sociedad sea a través de las elecciones. Creemos que, para transformar la sociedad, hace falta la intervención directa, masiva, de la mayoría de los explotados y oprimidos, de los trabajadores, de la juventud, de las mujeres. Y eso, inevitablemente,como a lo largo de toda la historia, exige transformaciones que tienen que ver con las revoluciones, con dar vuelta las cosas. Para eso hace falta efectivamente hacerse del poder, en el sentido de hacerse del lugar en el que está el poder que, en este caso, sería el Estado. Para nosotros, las elecciones no son un medio para que el Nuevo MAS llegue al poder. Nosotros nos presentamos a las elecciones principalmente para hacer propaganda y divulgar ideas que por ahí en otros momentos tienen menos amplitud, y llegar a una audiencia mayor, que está más dispuesta a escuchar en los momentos en los que hay elecciones.

Andén: ¿Es testimonial?

I.Z: Testimonial y no. Mucha gente nos decía que nuestra campaña era pianta-votos. Nuestra campaña principalmente en la Capital Federal, pero también en otros distritos, tuvo tres ejes: primero, la pelea por el derecho al aborto, que llegue al único lugar de la sociedad donde no se discute ese tema que es el Congreso, por eso el lema era: “Que llegue la voz de las mujeres al Congreso”; Segundo, el impuesto al salario, porque creemos que mientras que a las grandes empresas, caso Chevron, se les exime del pago de ganancias y de demás impuestos, las trabajadoras y los trabajadores estamos sosteniendo buena parte del presupuesto nacional con un impuesto que no corresponde pagar; Y tercero, la precarización laboral entre los jóvenes, muy ligado a la falta de perspectivas, pibas y pibes que terminan el secundario y van a parar a Mc Donals, a los call center, van a parar a montones de lugares de trabajo que están sumamente precarizados con salarios bajísimos, con contratos hiperflexibilizados. Mucha gente, incluso de izquierda, nos decía que el eje del aborto es pianta-votos, que por qué levantamos semejante cosa, si lo que hace es espantar a determinado sector que no nos va a votar. Nosotros en la campaña electoral lo que hacemos es aprovechar para llevar problemas que son sentidos, reales, que afectan a los sectores oprimidos y explotados, aunque nos quiten votos. Y tan mal no nos fue porque sacamos muchos votos sobre todo en Capital Federal, un poco más de 17.000 votos. Comparativamente en capital veníamos de 3500 votos en el 2011. El salto es enorme con la candidatura de Manuela Castañeira, nuestra compañera que era la cabeza de la lista. Nosotros no definimos cómo hacemos para sacar más votos si eso significa resignar, ocultar, maquillar lo que nosotros pensamos realmente. Otros partidos de izquierda eligieron hacer silencio con respecto al tema del aborto o a los temas de los derechos de las mujeres. Lo cual a nosotros nos trajo una cosa grave que es que no salimos en ningún medio televisivo en toda la campaña electoral, salvo lo que tenía que ver con los spot gratuitos. No fuimos invitados a ningún programa de televisión. Entonces a nosotros nos cerró la puerta la Corpo (TN, Clarín) y el argumento que nos daban era: “Ustedes están con el aborto. No es una campaña que nosotros podamos bancar”. Y tampoco fuimos invitados por los medios de la corporación del Gobierno, en ningún canal que tenga que ver con ellos. Eso fue una dificultad muy grande, pero bueno, nosotros de alguna manera elegimos mantener igual ese eje que nos parece que en este momento es muy importante, recoger una deuda que es el problema de que las mujeres podamos acceder a ese derecho tan elemental y tan básico como es decidir acerca de la maternidad.

Andén: Las dirigencias suelen vincular la utopía con la juventud. De hecho los nombres en las boletas del Nuevo MAS demuestran un interés por la participación de jóvenes.¿En qué se diferencia ese interés del de otros partidos que han hecho también esa vinculación, como el Frente para la Victoria o el PRO?

I.Z: Nosotros no creemos que la juventud sea un botín al cual hay que usar. No les pedimos a los jóvenes que nos voten porque nosotros vamos a hacer algo por la juventud. Les damos un lugar como cabeza de lista. Yo misma que tengo 37 años soy una de las mayores de esa lista en comparación con otros de los compañeros. Quiere decir que hay un lugar activo de la juventud, un lugar activo de la construcción de nuestra política y de nuestra militancia cotidiana. No son una cosa separada o de relleno. No traemos a algunos jóvenes para que quede bien en la lista, sino que es una expresión coherente de los que somos: un partido joven lleno de jóvenes militantes, y abiertos a que se acerquen más. Es decir de una juventud heredera del 2001 y del argentinazo, de los movimientos sociales, y que tiene un símbolo en Mariano Ferreyra. Y no como esa idea que metió el kirchnerismo del joven como arribista en el estado o la militancia como un cargo que te permita ascender. Jóvenes que militan con ideas, en ese sentido lo vínculo con la utopía.

Andén: ¿Las PASO limitan el acceso de agrupaciones como Nuevo MAS a elecciones generales, pero también parecería que le permite al electorado tener frente a sí una oferta de proyectos más o menos sólidos a nivel nacional?¿Cuál es tu postura?

I.Z: Las PASO son claramente proscriptivas. Pretenden hacer creer y dar la ilusión de que hay más pluralidad y de que se puede elegir supuestamente en internas, cuando en realidad es una mentira. Pero para lo que sirve concretamente es para dejar en el camino sobre todo a los partidos más chicos, entonces a la elección de verdad que es en octubre no llegan. Nosotros no pasamos las PASO. La gente que nos votó no lo hizo para darnos una mano, sino que realmente quiere votar por estas candidaturas y estos planteos –el aborto–.En octubre no va a poder votar a nuestra agrupación de mujeres Las Rojas o a nuestra candidata Manuela Castiñeira. No vamos a estar. No hay otra lista que reemplace la nuestra. Hay otras propuestas y otras campañas y otras voces, pero esta no va a estar. No ayuda a pluralizar ni a democratizar. Antes, los partidos que querían hacer internas las hacían. Sin embargo no son sólo las PASO, la reforma electoral en su conjunto tiene un montón de elementos proscriptivos. Para poder solo presentarse necesitás 4000 afiliaciones en cada distrito electoral, lo cual ya es un trabajo enorme que nosotros venimos sorteando con mucho esfuerzo.

Andén: ¿Por qué no realizar frentes o alianzas con agrupaciones como FIT (Altamira–Pitrola), la Nva. Izquierda (Bodart) o Autodeterminación y Libertad (Zamora)?

I.Z: Todos los partidos están divididos. Si hay otros partidos es porque no compartimos exactamente los mismos programas, aunque en general tengamos las mismas ideas. Zamora no se sabe qué dice, cuando hay elecciones se presenta y aparece. Su organización no tiene una existencia real en ningún ámbito de la militancia cotidiana, de las peleas, de las luchas. No se sabe qué decía Zamora para esta campaña, porque su única propuesta era: Zamora. Es un compañero del cual valoramos su independencia política, no se ha vendido. Con Bodart o el MST, que se presentaba como Nueva Izquierda, ya tenemos más dificultad porque su partido se presentaba en la Prov. de Buenos Aires con Marta Maffei que pertenece a la CTA y muchos la recordamos porque fue entregadora de muchas luchas docentes de los años 90. No tiene nada que ver con la izquierda revolucionaria, es parte de las conducciones tradicionales, que puede tener ribetes, pero pertenece a la clase que vive de los sindicatos y se ha dedicado a traicionar todas las luchas docentes. Y también iban aliados a Fabiana Ríos, que es la gobernadora de Tierra del Fuego que acaba de reprimir y de abrir causas judiciales a los docentes que hicieron una demostración pública en el Ministerio de Educación de Tierra del Fuego. No podemos ir con esa gente en una lista en común. Con el FIT tenemos discusiones desde hace tiempo y no conseguimos ponernos de acuerdo sobre los ejes que deberíamos trabajar. Ya en el 2011 no hubo acuerdo. Principalmente porque el FIT se convirtió en una cooperativa para juntar votos, lavando mucho las campañas electorales. En el 2011, hicieron campaña sin nombrar al gobierno de Cristina. Nosotros no vamos bajar nuestras banderas por sacar un voto más. Y en esta elección su campaña fue “Meta a la izquierda en el congreso”, ¿qué quiere decir esto? Así, sin contenido político. La propuesta era que Altamira llegue al congreso. Ese era todo el eje. Se pierde la oportunidad de tratar de meter en la agenda política algún otro tema.

Andén: ¿Por qué creés que el resto del electorado no los acompañó?

I.Z: En este momento, nuestra evaluación es que no tuvimos visibilidad. Si se hubiera visto más, hubiésemos sacado más votos. Hubo una falta de visibilidad. Pegamos menos carteles por una cuestión presupuestaria,en esta oportunidad. En el 2011, nuestra baja performance tuvo que ver con que el kirchnerismo pasaba por arriba de absolutamente todo y el electorado estaba abrumadoramente con ellos, y había muy poco espacio para otras cosas. Esta vez había más espacio, pero nos faltó visibilidad. Sin embargo la izquierda en su conjunto recibió más de un millón de votos. Nuestra campaña fue extraordinariamente bien recibida con todas las dificultades que significan no tener acceso a los medios y armar una campaña con dos centavos. Es la primera vez que una campaña que habla por el derecho al aborto llega a un nivel masivo.

Andén: ¿Creen que la sociedad está preparada para recibir este tipo de propuestas?

I.Z: Creemos que sí, no toda la sociedad, pero hay una porción importante. Esta campaña no nació de una manera oportunista para las elecciones. Nosotras venimos haciendo un recorrido con la pelea por el derecho al aborto que tuvo momentos muy importantes. Porque efectivamente el “progresismo” del gobierno de Cristina, con respecto a las mujeres, se cae completamente. Es un gobierno que no les ha dado un solo derecho a las mujeres ni de forma ni de fondo. Las Rojas, como agrupación de mujeres, viene creciendo mucho en los últimos años, en el sentido del acercamiento de muchas compañeras y de las acciones que se han hecho conocidas para al menos un sector importante que activa con el sector de género y de derechos de las minorías. Las Rojas tienen una coherencia.

Andén: ¿Qué hay de ahora en más para el Nuevo MAS?

I.Z: Primero hacer un balance. Llegar a toda la gente que nos votó, saber quiénes son, entablar un diálogo e invitarlos a que se sumen. Y como somos un partido militante, ya tenemos 750 cosas por hacer

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