Esta nueva parada tiene un aditamento especial: hubo un cambio de maquinista. En realidad, es un simple cambio de roles, ya que la intención es mantener los lineamientos básicos con los que se trabaja desde hace un poco más de un año. Fue una decisión consensuada, con la idea de lograr –en un plazo no establecido– una ampliación de la participación con el objetivo de lograr una evolución cualitativa. Esperamos lograrlo.. 

Mientras tanto, la dinámica política veraniega continuó su curso; cuando cerrábamos la edición, Martín Redrado renunció a su cargo en el Banco Central. Era una decisión que se había dilatado por las denuncias cruzadas entre el gobierno y la oposición y las medidas judiciales adversas al oficialismo. Con esta cuestión “solucionada”, ahora debería plantearse la doble cuestión de fondo: la deuda externa argentina y el uso de las reservas de la entidad monetaria. Aprovechando la ocasión, entrevistamos a dos legisladores –un diputado nacional y un legislador porteño– que nos pueden ser útiles para pensar la cuestión por fuera de las mezquindades políticas y las frases rimbombantes; además, reproducimos un comunicado de una rama sindical peronista que indica dos de las deudas del kirchnerismo: la sanción de una nueva Ley de Entidades Financieras y la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, residuos de la época de la valorización financiera –una ley de la dictadura, otra del menemismo–.

De esta nueva puja política se pueden establecer dos cuestiones centrales: 1) que el kirchnerismo no implementa reformas hasta que la coyuntura aprieta o el sistema de alianzas cruje, generando una crisis política evitable y perdiendo la posibilidad de construir un capital político genuino –es decir: sin la necesidad de generar tensiones que, a la larga, favorecen el reposicionamiento de la oposición–; 2) que la oposición, con la dosis de cinismo crónico que la caracteriza, elige profundizar las pujas en vez de establecer una discusión seria, se limita a repetir latiguillos vacíos y frases que no tienen una referencia empírica sólida (sobre este aspecto, la contratapa, a cargo de Manuel Fontenla, puede dar aportes muy interesantes). Como se pregunta el periodista Damián Nabot: “¿Qué políticas de Estado acordó la dirigencia argentina en los últimos años? ¿Qué áreas resolvieron dejar fuera de la puja cotidiana? ¿Qué resolvieron preservar de sus necesidades de diferenciación? ¿Acaso la asistencia a la niñez? ¿Tal vez la generación de una salida común para las decenas de millones de pobres? Nada”. El intento de instalación de una suerte de Pacto de la Moncloa argentino –acuerdo entre las fuerzas políticas españolas luego de la muerte de Franco–  quedó lejos. (Vale aclarar que el pacto lo firmó uno de los personajes más nefastos de la izquierda española: Santiago Carrillo, caudillo del Partido Comunista Español (PCE), quien hace poco tiempo recibió en su país a Eduardo Duhalde –quien no es, precisamente, un representante conspicuo de la izquierda argentina–. Parece que no hay mejor contenedor de la clase trabajadora que un autodenominado comunista…).

Otro aspecto que nos compete en esta parada es el primer cimbronazo político regional del año: el triunfo de Piñera en Chile. Para tratar este tema hablamos con Mara Pegoraro. De la extensa charla se pueden señalar varios aspectos interesantes. Uno de ellos es la estructura política chilena, con el sistema binominal y las coaliciones que se forman (en las últimas elecciones, la Concertación –la unión del centro y la centroizquierda– se enfrentó por primera vez contra una derecha unificada); otro puede ser la pesada herencia del pinochetismo, expresado en el núcleo duro de la constitución que fue dictada en la década del ochenta y que todavía no ha sido reformada. En este proceso de continuidades y rupturas, debería pensarse qué va a modificar Piñera –teniendo en cuenta los avances económicos de la Concertación– y qué enclaves de la dictadura no se han podido modificar a pesar de los veinte años de gobierno de la Concertación; esos temas son abordados por Facundo Cruz –que se suma a esta parada con un breve e interesante artículo– y por Pegoraro en la entrevista. Aunque no nos limitamos a Chile: también aprovechamos para establecer un paralelo en nuestro país, reflexionando sobre la derecha argentina –caracterizada por el énfasis en la gestión, en la solución práctica de problemas concretos– y sobre la irrupción de Macri y De Nárvaez en la arena político partidaria.

El año comenzó movido. En nuestro país, la agenda legislativa va a plantear duras pujas políticas –esperemos que con un avance real en las cuestiones de fondo– entre un oficialismo que va a tener que negociar con los diferentes sectores del arco político. En Bolivia, Evo Morales obtuvo su re-elección; en Venezuela, Chávez sufre una crisis política-económica producida por la inflación y por la devaluación de la moneda; en Uruguay se produce la transición previa a la llegada de Mujica a la presidencia. Todos con sus avances y retrocesos, con sus contradicciones y con sus puntos ciegos, con sus claroscuros. Teniendo en cuenta los diferentes contextos –sin dejar de lado el de nuestro país–, en Andén intentamos reflexionar y ofrecer la mayor amplitud ideológica posible. A fin de cuentas, ese es el objetivo■

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