Famatina es la punta de un iceberg de una montaña que parece caerse. Una decena de conflictos ambientales que hay en el país y de otros que no se visibilizan, en algunos casos porque no llegan a los medios de comunicación y en otros porque los principales afectados no llegan a observar las enormes consecuencias que tienen a futuro.

Si pasamos revista por alguno de los conflictos ambientales que el gobierno nacional no toma partido observamos que hay:

  • Minería a cielo abierto que usan (en la mayoría de los casos) cianuro y destruyen montañas. Están en Pirquitas y Aguilar (Jujuy), el Salar del Hombre Muerto (Salta), Bajo La Alumbrera y Agua Rica (Catamarca), Famatina (La Rioja), Pascua Lama y Veladero (San Juan), San Jorge y Potasio Río Colorado (Mendoza), Calcatreu (Río Negro), Esquel (Chubut), Cerro Vanguardia y Manantial Espejo (Santa Cruz), en todos ellos, la ley de Glaciares no se cumple y corre un serio riesgo el ecosistema.
 
  • Hay contaminación de ríos por parte de las pasteras en Ledesma y Papelera del NOA (Jujuy), Papelera del Tucumán, Celulosa Argentina (Santa Fe), Puerto Piray, Alto Paraná y Papel Misionero (Misiones), Papel Prensa y del Plata (Buenos Aires). Aquí miramos el tema de Botnia, pero no ponemos el eje en nuestras pasteras contaminantes.
 
  • Desmontes en Salta, Chaco, Tucumán, Formosa, Corrientes con una tala indiscriminada de bosques, incumpliendo la ley nacional de bosques.

 

  • Megausina de carbón en Río turbio (Santa Cruz) que eliminan una parte importante de los glaciares.

 

  • Utilización de glifosato contaminante que se utiliza para la zona transgénica en Salta, Chaco, Formosa, Corrientes, Córdoba, La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero y Entre Ríos, en muchos casos utilizados en zonas urbanas o sobre escuelas rurales.

 

  • Contaminación del Riachuelo, río Reconquista, Luján, de la Plata, Paraná, Chubut, Río Negro, Salado del Norte, Salado del Sur, río Colorado y Salí Dulce.

 

  • Represas hidroeléctricas que alteran drásticamente al ecosistema en Entre Ríos, Formosa y Corrientes.


Mientras en el “pago chico” del Secretario de Medio Ambiente, Juan José Mussi, durante 6 años un grupo de asambleístas están acampando para que no se instale una subestación eléctrica en pleno casco urbano, pero también tiene problemas con el intento de pasar una ruta sobre el Parque Pereyra, los desechos que se envían diariamente al río, la disposición final de la basura en Hudson. En el caso de los vecinos de la subestación eléctrica Rigolleau fueron reprimidos en más de una oportunidad y judicializados.

El gobierno nacional tiene como uno de sus ejes de gestión la defensa de los derechos humanos, no obstante, no considera a los temas ambientales dentro de esta categoría, de hecho, elude los temas ambientales y Juan José Mussi, lejos de defender al medio ambiente tuvo palabras a favor de las mineras y cuestionó a los asambleístas.

La presidente Cristina Fernández deja clara su posición a favor de las mineras al recibir al jefe de la Barrick Gold, Peter Munk, mientras los vecinos estaban realizando el corte en Famatina. La respuesta hasta el momento son listas negras, judicializados, aplicación de la ley antiterrorista. Igual que en los 90 se judicializa la protesta social, en los 90 era bajo el paraguas del “Consenso de Washington”, en esta época, es el “Consenso con la commodities”, pero el discurso es siempre el mismo, el progreso, la generación de empleos, etc. Mientras, empresas multinacionales extraen nuestros recursos naturales a cambio de dejar desbastada la región y destruir nuestro país, en definitiva, nada nuevo bajo el sol. Pero ya tenemos un inició de una generación de exiliados ecológicos.

Los derechos ambientales como derechos humanos fueron reconocidos explícitamente en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1994 por la Subcomisión de Prevención de la Discriminación y Protección de Minorías. El gobierno de Cristina Fernández parece preocupado por los derechos humanos violados hace más de 30 años, por los de hoy ¿deberemos esperar otros 30?

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