En el ardid de explicar una palabra que no refiere a algo en particular sino a una abstracción, el campo semántico se dispara hacia una multiplicidad de subjetividades. No es nuestro problema saber exactamente qué es moda. Como cuando a uno lo toman de improvisto en una entrevista callejera y le preguntan cosas incomodas tales como “¿Qué es el arte?” o “¿Qué opina usted sobre el control remoto?”, en las cuales uno no sabe a priori qué contestar y entre balbuceos prefiere que lo trague la tierra.

  • He aquí algunas aproximaciones de la definición de moda: Curioso fenómeno que surge cuando las necesidades básicas de los seres humanos están cubiertas.
  • Necesidad básica que da antesala y respaldo a todos los fenómenos artísticos, sociales y culturales propuestos y concebidos por algunos seres humanos.

Ese ser en búsqueda de la transgresión, de disconformidad con el sistema de turno, explorador de vanguardias, de creación de nuevos lenguajes, fomenta un estilo de hacer las cosas que prolifera rápidamente condicionando conductas, articula desde el arte con otros ámbitos tales como la indumentaria, la pose, los peinados, la concurrencia a lugares culturales de esparcimiento. Pronto ya todos se enteraron de qué es lo que hay que hacer. La moda, en definitiva, lo es todo.

Enterrar los signos de los tiempos, siglos de tradición, puede ser tarea difícil hasta imposible. Las “costumbres” por algo se llaman así. Se requeriría un giro brusco, un cambio de paradigma. En las sociedades modernas de consumo hubo cambios de tipo tecnológicos que modificaron para siempre a las familias; desde el arte, las rebeliones derribaron muchos tabúes y prejuicios. La juventud de los 60 se ufanó en crear modas y transgredir los valores (ya anticuados) heredados de la cultura victoriana que estaba esparcida en todo el mundo.

Hoy en día, las modas tienen un proceso de creación y caducidad acelerados, la vorágine de datos sumada a la impaciencia e imprudencia de la masa crítica hace que las brechas entre las cosas en boga se acorten haciéndolas sustancia leve, vacua, superficial e inconsistente. Paradójicamente, repito, la moda lo es todo. Una moda puede determinar la estabilidad de un partido político o figura en el poder, o que distintas industrias y mercados se beneficien temporalmente. Ahora, ¿qué es lo que uno ve de interesante en el hoy, donde absolutamente todo está dentro del sistema?, ¿cuál es la transgresión?

La fabricación de una moda consiste en una combinación de las estéticas de décadas pasadas con aires nuevos. Los vectores se cruzaron: un wachiturro con bases electrónicas del hip hop cantando al mejor estilo cumbiero villero de hace 12 años, luciendo ropa de marca, con letras explicitas y directas junto al trovador neohippie haciendo música acústica con samplers de instrumentos, coqueteando con ritmos latinoamericanos y música bajita de voces seráficas que tanto enamora y hace mover a la sensiblería burguesa del hoy. Al lado de estos dos símbolos, el indie rock devenido en rock garaje con un caos pulcramente controlado, pantalones chupines y zapatos, cortes taza, ¿es que un día amanecí y estaba en 1983? Nadie me lo notificó. Ni hablar de la evolución de la música electrónica que es el punto neurálgico de todas las discotecas de hoy en día, la imagen del DJ que manipula con elegancia los nuevos procesos de edición del sonido.

Resultado: todos los esqueletos se subliman en la pista al ritmo del funktecnorock.

De esta forma se plantean nuevas estéticas vanguardistas.

Dejamos el último espacio a los desactualizados, rancios y anticuados. Grupos y personas que quedaron en simpáticas postales del pasado. Bandas que no tuvieron nunca peso propio y no trascendieron. Agrupaciones que, por otro lado, llegaron a tocar la fibra emocional del público y se ganaron el respeto de generaciones pasados. Estos últimos sirvieron y seguirán sirviendo como capital de consulta para todo artista que quiera crear algo original.

Como se puede notar la transgresión es nula. Sin embargo, resulta interesante el mensaje que se deja a los adultos y remilgados con la siguiente frase: “Les guste o no, somos lo nuevo”, aunque por tiempo indeterminado

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