La historia de nuestro país está ligada fuertemente a la llegada del ferrocarril, empezando modestamente desde Buenos Aires, en su centro, para luego ir avanzando sobre los pueblos vecinos. En tiempos de la Organización Nacional, el país creció con la seriedad de un nuevo estado soberano que pudo encarar medidas y emprendimientos, con la responsabilidad que le confirieron las nuevas autoridades a través de los tres poderes, quienes consagraron la nueva constitución y, por supuesto, también su autarquía y su interdependencia.
Puertas abiertas a los migrantes – 1852: La organización nacional – Andén 51
Las políticas de Estado canalizaron las corrientes inmigratorias que muy pronto cambiaron el horizonte de nuestros campos semisalvajes. Las colonias agrícolas fueron apoyadas con bienes de labranza, semillas, chapas y troncos para sus casas, parcelas de campos en propiedad y hasta cooperativas, más asistencias institucionales a cargo de las autoridades zonales.
¿Existió el pais Rioplatense?
En los fundamentos y razones del adagio de Ortega y Gasset “el hombre y sus circunstancias” encontramos los orígenes subliminales de la existencia del “PAIS RIOPLATENSE”. Pienso que ¡¡sí… existió…!! Porque estuvo vivo por más de 50 años, los primeros del siglo XX, en la realidad emocional de quienes habitaban las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, y su territorio virtual fueron las orillas y aledaños del Río de la Plata. Río Dulce de Solís, que fue su columna vertebral en territorio y cuantificó los buenos momentos que sucedieron en esos 50 años, a todos cuanto vivieron una época: inolvidablemente “loca”.