Desde el Noroeste hacia el Sudeste: Utopía – Exclusivo web

Hemos terminado, afirma enfáticamente Rancière, con la utopía estética. Es decir, con la idea de una radicalidad del arte y su capacidad de contribuir a una transformación absoluta de las condiciones de existencia colectiva. Esta idea nutre las grandes polémicas que señalan el fracaso del arte, nacido de su compromiso con las promesas falaces del absoluto filosófico y la “revolución social”.

Sea realista, pida lo imposible – Editorial 75

En el lenguaje cotidiano la palabra utopía es usualmente utilizada para descalificar a nuestros adversarios, no por lo bueno o malo de sus ideas, sino por las escasas posibilidades de que adquieran facticidad. Así, no descartamos argumentos por erróneos sino por irrealizables. Por el contrario, el poder, si bien se define apresuradamente por su capacidad de incidir en la realidad y materializar las intenciones de quien lo ejerza, raramente es considerado con carácter positivo. En este caso, lo realizable es lo erróneo. En esta lógica encontramos, por un lado, que quienes tienen buenas ideas se ven desprovistos de los medios necesarios para realizarlas y, por el otro lado, que quienes tienen en sus manos los medios, desatinan en los fines. Curiosa situación, mientras unos pecan por no dar con la realidad, los otros lo hacen por habitarla.

“Hay que abandonar la idea de que la misión de la izquierda es desperonizar a la población” – Diálogo con Itaí Hagman, candidato a diputado por Camino Popular – Andén 75

Vísperas a las elecciones de octubre. Allí donde los discursos políticos –impulsados desde los grandes medios– se polarizan en Kirchneristas y opositores, Andén encuentra candidatos que presentan una problematización política sin caer en lógicas binarias. Itaí Hagman, candidato a diputado por Camino Popular, cuenta cómo disputar espacios de construcción política de izquierda sin caer en el dogmatismo, con la mirada puesta en la utopía, pero sin dejar de lado la búsqueda del poder.

El atlas de las utopías – Andén 75

En el 2012, los medios de comunicación Le Monde y La Vie editan El atlas de las utopías. 200 mapas, 25 siglos de historia. Asequible a 12 euros en Francia y a distintos valores en Austria, Bélgica, Canadá, Italia, Luxemburgo, Marruecos, Portugal, Suiza y Tunes, esta edición “fuera de serie” se hace digna de mención. ¿Cuáles son las utopías del mundo según Le Monde? ¿Qué sitio encuentra América Latina en ese compendio?

Foucault, una bestia magnífica: Sobre el poder y la resistencia – Andén 75

Michel Foucault resulta ineludible a la hora de reflexionar sobre el poder. Alejándose de la concepción represiva que lo vincula directamente con el poder del Estado, propone pensarlo como relaciones de fuerzas en constante tensión, que de forma descoordinada constituyen una red inestable, pasible de perecer en cualquier momento. El poder es, a su vez, la pura posibilidad de la resistencia. Así como en el siglo xvii y en el siglo xviiilas entonces nuevas tecnologías del poder arrojaron “verdad” sobre la modernidad, hoy en día, las tecnologías de la información, comunicación y participación están proyectando la suya.

El poder político en las sociedades sin Estado: una lectura desde la Teoría Política de Pierre Clastres – Andén 75

Pierre Clastres, antropólogo francés, realizó su investigación de campo acerca de las relaciones políticas que se desenvolvían en el pueblo guaraní, en la región de Brasil. En este contexto, en 1974, publica la investigación “La sociedad contra el Estado”, en donde desarrolla la hipótesis que las sociedades salvajes, o sociedades sin Estado, son plenamente detentoras de poder político.

Las asambleas de grado – Andén 75

De cómo una simple y clásica herramienta ayuda a distribuir el poder en la escuela, históricamente tan concentrado, enseñando a la vez posibles caminos colectivos hacia la utopía necesaria. Sabemos que algunos de los problemas más manifiestos que estallan en la escuela (los relacionados con la violencia, con la falta de compromiso y participación, con las dificultades de comportamiento, con la exclusión grupal) condicionan fuertemente la enseñanza y el aprendizaje. Nadie puede aprender bien cuando no está cómodo en su lugar de trabajo.