¿Qué es un sindicato? ¿El fans club de un tipo de trabajo? ¿La sala de juegos de un montón de peronistas? Comentario gorilón, es cierto, pero los sindicatos en este país tienen ese matiz peronemlin, ese aire de familia con el león herbívoro que los hace tan ¿simpáticos? Muchachos robustos con caras de malos peleando por los derechos colectivos de los trabajadores. Puede ser que por mi edad no me haya tocado presenciar los años dorados del sindicalismo argentino, si es que fue dorado alguna vez, pero luego del deslucido papel con el que actuaron durante el menemismo… Bueno, es como si no hubiera mucha gloria para contar ¿no? Para no hablar del querido Casildo Herrera, que nunca supo nada, que se borró.

También es cierto que la relación con la patronal (ergo, el capital) no es gentil en ningún lugar del mundo. Unos quieren comer mejor y otros buscan yates de mejor calidad, así es la cosa. Pero con una mirada inocente, de cuento de hadas, unos y otros deberían sentarse a conversar con buena leche sobre esfuerzos e inversiones equivalentes. Pero será para el mejor de los mundos posibles que, evidentemente, no es este. Porque en un mundo mejor habría sindicatos para la gente de Mc Donals y de Aeropuertos Argentina 2000, y para las y los trabajadores sexuales… Por eso 5 discos 5 para los que se juntan y se amuchan en pos de un trato justo que los ayuden a poner el pan sobre la mesa para sus hijos y sus propias barrigas■


Un paso a la eternidad -2000-  Sindicato argentino del hip hop. Más de una vez se ha insistido en estas páginas que el hip hop y el rap, por ser ritmos foráneos, difícilmente son trasliterados a estas pampas con buena fortuna. Este es el caso. A principios de los 90, cultores del género graban el primer compilado de puro hip-hop nacional Nación HipHop (1997), en la línea de Cipress Hills, Control Machete y la variante del rap seguida en aquel entonces por Los Illya Kuriaky & the Valderramas. Versión radial de un sonido que suele volverse extremo con facilidad, este disco  presentó una versión excelente de “Mil Horas” (de los abuelos de la Nada) y una reelaboración de una de las primeras producciones de la agrupación «Del barrio«, una lúcida canción sobre un sampler de… ¡Diego Torres! Canción contestataria si las hay.

    

Reggaes Redondos -2010 – Varios Artistas – Todo tributo es una forma de sindicalización, un esfuerzo colectivo donde se asume la participación en una actividad, a saber, el culto a una agrupación determinada. Así como es difícil llevar adelante una representación fiel al sentido de la lucha obrera, del mismo modo traducir el sentir ricotero al reggae es algo de una complejidad que los artistas y agrupaciones que lo intentaron deben haber comprendido. El pulso rocker de aquellos himnos es más poderoso que las buenas intensiones. Sin embargo, aunque desparejo, el disco presenta algunas joyas a tener en cuenta tales como las versiones de «Etiqueta Negra” de Aminowana y “Motorpsico” de Dread Negast, ambas ni muy fieles ni excesivamente respetuosas. Un disco no apto para puristas redondos pero sí para fans de las rarezas.

   

Ese gran pez – 2001 – Marcelo Picini y el sindicato de los perros perdidos. Lo reconozco, este disco está aquí sólo por el nombre de la banda y porque es una rareza. Uno de esos grupos que duran sólo un disco y desaparecen en el mayor de los olvidos como muchos luchadores sindicales que le ponen el cuerpo a la lucha por el salario y desaparecen en algún chupadero o pasan sin pena ni gloria. Letras introspectivas, opresoras, de un surrealismo exasperante e incómodo cercanas al Pez de corte más down. Comparten con estos últimos esa impronta setentista en los arreglos de guitarras y el juego vocal. Un disco de climas, como “Anatomía” de Antonio Birabent, pero algo menos llevadero en sus cadencias. Ciertamente no es un disco para musicalizar luchas sindicales pero sí para descansar de ellas en compañía de alguien amado.

  

Transparencias – 1975 – M.I.A. Algún lector veterano recordará que a principios de los setenta existió la agrupación Músicos Independientes Asociados que, fieles a la época, y conformando una cooperativa, autogestionaba sus conciertos y grabaciones gracias al aporte por adelantado del público. Un dato curioso es que un púber Lito Vitale y su hermana Liliana participaron de esta agrupación que llegó a contar con más de sesenta personas. Una agrupación de músicos del mayor calibre dieron vida a un sonido del más puro corte progresivo (véase Yes, Génesis, Jetro Thull en el plano internacional y la primera banda de Alejandro Lerner, Soluna). Una obra digna de su tiempo por los arreglos, por el sonido de los primeros órganos electrónicos, por los arreglos acústicos y el uso de la flauta. Nostalgia y Buen gusto.

   

Deluxe -2008- Dancing mood. ¿Cuánta gente compone realmente esta banda? Nunca lo sabremos. Las colaboraciones eventuales y los músicos permanentes se suceden concierto a concierto y disco a disco para confluir en una enorme big band capitaneados por el trompetista Hugo Lobo, considerado un “sindicalista” de la música por el modo de gestión que propone a las bandas con las que toca y colabora. En este impresionante ejemplo de calidades vivo, Dancing Mood hace un recorrido por todos sus trabajos, que atraviesan el raggae más clásico (el anterior a Marley), el ska, el funk y el jazz de alta gama para covers clásicos de aquellos géneros con un sonido que hablando mal y pronto le vuela la peluca a cualquiera y hace que hasta los muertos dancen en sus tumbas. ¡Fantabuloso!

 

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