Una explicación de la actual fragmentación del sistema educativo, resultado de un modo de entender el proyecto, que parte de una nostálgica visión del pasado pero mira indudablemente hacia el futuro. En época de nuestros padres y abuelos, cuando casi todos los niños iban a las escuelas del Estado, todavía se hablaba de “educación común”. Esa era, sin discusión, la única garantía para la igualdad de oportunidades de los individuos en la sociedad.
Las papas noisette del pensamiento – Editorial 71
Luego de un largo viaje, llegamos por fin a un nuevo ANDÉN, hambrientos de saberes. A esta altura es evidente que los caminos conducen el andar, por más prevenidos que los enfrentemos. Mucho más si uno transita por vías, donde la posibilidad de improvisación y la libertad de tránsito son trazadas antes de partir. Así, se inició la propuesta temática de este número rondando una necesidad básica de todo ser vivo: la alimentación. Y de a poco fuimos descubriendo en este aspecto de nuestras vidas, que bien puede tomarse como algo colateral –cuya simple y rápida satisfacción nos permite continuar nuestras importantes actividades–, bien puede también, si le prestamos la suficiente atención, modificar y condicionar nuestros propios hábitos de vida.
Preguntas de ayer para comprender el hoy – Andén 69
De las pocas cosas que pueden aceptarse sin mucha discusión en la actualidad, una de ellas, es la velocidad de los tiempos que corren: las transformaciones que produce la revolución tecnología constante, la globalización, los mercados transnacionales, la economía financiera a escala mundial; y en ese contexto están el vaivén de los Estados-Nación, de las democracias de los países, ya imposibles de designar como del “Primero” o “Tercer” mundo, los partidos políticos polifacéticos que se autodenominan socialistas y llevan adelante políticas conservadoras, o las sociedades conservadoras que botan gobernantes socialistas, o los partidos de derecha que continúan ganando adhesión en una época supuestamente definida por la reactualización de las izquierdas, etc. En fin, tiempos confusos cuya única constante es el cambio.
Sindicalismo – Editorial 44
El tren se detiene a mitad de viaje “¡¡¡Eeeeeeh!!! ¿Qué pasa?” Los pasajeros se alborotan, comienzan a gritar. Todo se hace confuso. La temperatura sube, estalla al son del calor de los viajantes. Más adelante están cortando las vías… este ANDÉN se constituye a mitad de camino, en medio de la multitud, de la crispación. Dicen que reclaman los derechos de los trabajadores, pero hay otros que, en el tren, se preguntan: ¿Y nuestro derecho a circular? La colisión de derechos es un tema de una complejidad absoluta. Por ello el interés que genera. ¿Quién dedica mucho tiempo a aquello que puede resolver con facilidad? ¿Quién se apasiona por aquello que puede realizar sin esfuerzo?
Políticas Sociales – Editorial 31
El señor Perogrullo podría haber dicho que es más fácil demoler un edificio que reconstruirlo. Nadie hubiera estado en condiciones de contrariarlo. A lo sumo, con algún gesto de desdén hubiese apuntando con el dedo la pantalla del televisor que contenía la imagen de un gran demoledor: Carlos Saúl Patillas. El golfista amateur que evitó el quórum opositor para satisfacer su ego es el mejor exponente. Él y Cavallo, en la apoteosis del credo neoliberal, fueron los artífices de la desarticulación del Estado, retirándolo en sectores claves y necesarios para aplicar políticas sociales en favor de los sectores vulnerables de la sociedad. Profundizaron el problema e intentaron resolver los problemas con dos soluciones que se complementaron: la represión –recordemos los sucesos de Cutral-Có– y el clientelismo.