¿Qué tan inmoral es pensar en la posibilidad de un feminismo que, en ocasiones y organizado, pueda ejercer mecanismos terroristas?
Horror, terror y terrorismo – Andén 90
La similitud con la que se usan estos términos podría esconder la posición en la que el sujeto es afectado o afecta a los otros. El horror puede ser pensado como una emoción que altera vía el miedo, la conciencia. La cuestión psicológica del horror es bien simple, y se la puede resumir en la exposición a un fenómeno que deja al sujeto un poco más allá de sus posibilidades de procesamiento.
La marca de la gorra – Andén 90
El arte se lleva mal con el orden. Desde que Platón impugnó a los poetas en el gobierno de la polis, los creadores –cualquiera sea su especificidad– siempre han sido mirados con desconfianza. Por eso Andén va hacia las fuentes y le pregunta a un artista callejero cómo es vivir bajo la mirada atenta de las fuerzas de seguridad y la mirada autoritaria de quienes consideran que expresarse en el espacio público es una suerte de ejercicio del terror.
El terror por otros medios – Editorial 90
Vivimos una edad del mundo en la que el terror social y sus artífices han cobrado nuevos bríos. No es que antes hubiera desaparecido, como se postuló luego de la caída del muro de Berlín y la consecuente pax norteamericana que, al fin de cuentas, duró menos que un suspiro. Desde que el mundo es mundo, aterrorizar a otros es una herramienta para dominar, para conseguir que los otros den lo que de otro modo no darían. Una herramienta acaso menos sutil que otras, pero herramienta al fin. Una bomba por aquí, un atentado por allá para que algunos se asusten y recuerden que siempre hay disconformes capaces de pasar a mayores, si se les da la oportunidad.