1 Este proyecto de notas es una continuación de la propuesta que se llevó adelante en este periódico bajo el título “Las 11 de Rancière”, que intentaban, a partir de un cruce entre filosofía, política y periodismo, desembocar en una reflexión situada sobre acontecimientos, momentos y escenarios políticos contemporáneos de nuestra América Latina. El proyecto consistía en el “comentario”, es decir, la relectura, discusión, puesta en relación y crítica del texto Once tesis de política de Jacques Rancière. Los dos años que ocupó ese proyecto –entre 2014 y 2015– tuvieron como contexto político el muy complejo proceso que podríamos resumir como de balance y análisis de los doce años de continuidad del kirchnerismo. Ese contexto permitió volver a poner como eje de la reflexión política al Estado, en sus múltiples dimensiones de organizador de la política; al campo simbólico y las dinámicas culturales como una variable fundamental para la transformación política; a múltiples sujetos políticos que se habían desactivado con el neoliberalismo, como ser los jóvenes, las universidades, los movimientos sociales, las militancias territoriales, las agrupaciones partidarias, entre otros actores de la sociedad argentina.
Ese análisis es bastante conocido, no hace falta detallarlo mucho, pero lo importante es señalar que en ese contexto era propicio, desafiante y por demás interesante discutir y repensar “la política” en los términos que propone Rancière, es decir, repensar la política en las claves del Estado, el consenso, los sujetos de derecho, los portadores de títulos para gobernar, los principios fundamentales de legitimidad del gobierno, el disenso y la distribución del poder y de los cuerpos; todo ello en el marco de lo que Rancière conceptualiza en la idea de democracia “como forma de vida”.
Ahora bien, septiembre de 2016 nos encuentra en una situación inédita (más o menos previsible, para algunos; más o menos sorprendente, para otros), con un gobierno de orientación neoliberal, de derecha y que llegó al poder a través del voto popular; y si bien no está en el interés de este espacio dedicarnos a un análisis pormenorizado de esta coyuntura y sus características, es innegable que tal escenario nos exige repensar los presupuestos, la base, el suelo mismo desde el cual encarar una reflexión política coyuntural. Y ésta es justamente la propuesta por transitar: preguntarnos qué tipo de reflexión política se necesita, no solo para comprender este contexto, sino para desplegar un horizonte creativo más allá de él.
¿Por dónde comenzar este recorrido? En línea con una mínima caracterización de la actual situación de la mayoría de los estados-nación y economías mundiales, donde lo que prima son las formas de dominación, explotación y control del trabajo, de los recursos y de los cuerpos, lo primero que se impone es la necesidad de una perspectiva latinoamericana, históricamente situada y políticamente alternativa para comprender, describir y descifrar las configuraciones políticas, culturales, económicas e históricas de nuestras actuales-futuras sociedades; y de las propuestas que se construyen en distintos espacios, territorios y tiempos, cuyo horizonte atisba otras formas posibles de ser de la política, otros posibles modos de ser de la democracia.
La búsqueda que aquí iniciamos pretende abrir las posibilidades del pensamiento y de la imaginación con el objetivo de afrontar aquello que nos es inevitable en el contexto global actual, y que se presenta como una tarea urgente e impostergable: la construcción de una perspectiva política capaz de enfrentar la crisis democrática, económica, social, cultural e histórica, en la cual nos sitúa el capitalismo y que profundiza el consumismo, como modo de ser cultural, y el neoliberalismo, como forma de gobierno. Y. para ello, tenemos una intuición para poner a prueba y es la siguiente: la reflexión y el quehacer político deben ser encarados desde una revisión radical.
Otros creerán lo contrario, que el escenario actual debe ser analizado en las posibilidades que brinda un estado débil, un mercado fuerte, una democracia que no siempre gobierna para el pueblo; y que, en ese contexto, han de buscarse los cambios y las vías para una “mejora global” paulatina y progresiva.
Esa será la apuesta de otros, la nuestra insiste en el polo opuesto; por ello, la invitación que proponemos a partir de una reflexión situada, colectiva y plural del texto 20 tesis de política de Enrique Dussel, es exactamente la contraria: invitamos a una revisión radical de los presupuestos de la política tal como viene siendo pensada en los últimos doscientos años, y el enfoque de esa radicalidad empieza por anudar “gordianamente” la política al problema del colonialismo.
2 Invitación, entonces, a participar en la construcción de un espacio colectivo, plural y dinámico de personas dispuestas (corporal y simbólicamente) a reflexionar, discutir y compartir experiencias sobre una posible transformación radical de la política. Esta clase de invitaciones implican necesariamente que las definiciones de estos momentos y estos objetivos sean dinámicos y mutables. Los “por qué” y los “para qué” se irán reformulando en cada una de las notas.
Se trata de una invitación ambiciosa, en el mejor de los casos; por no decir caótica y desordenada. Pero hace tiempo hemos renunciado al orden como categoría política y como modo de vida experiencial de relación con los otros y el mundo. La realidad se presenta y va deviniendo en una experiencia cada día más caótica, no en un sentido apocalíptico, sino en un sentido multidimensional de percepción y de construcción de sentidos aleatorios, casuales y azarosos. Aquella sentencia heracliteana según la cual “la armonía oculta es superior a la manifiesta” se hace cada día más imperceptible e incierta. En un mundo que transita límites extremos de impacto climático, conflictos armados, niveles de pobreza y enfermedad fuera de cualquier tipo de humanismo, desigualdades sin precedentes, “la armonía oculta” suena lisa y llanamente a parafernalia espiritual.
No obstante, si nos alejamos de las referencias greco-occidentalistas del pensamiento y miramos un poco más los pies desde los cuales escribimos, podemos reparar en otros significados del “caos” donde lo determinante de la función de origen, de creación, no se da al modo del “ex-nihilo” griego, sino como Cosmos, es decir, como articulación de una Totalidad territorial, espacial y temporal, a partir de la cual se organizan las relaciones sociales. Esta es una primera línea que nos gustaría transitar para un enfoque radical de la política anudado a la colonialidad. ¿Qué significa, para una reflexión política contemporánea, pensar en términos de cosmovisión-totalidad? Significa, en principio, que no podemos escindir y separar, como lo ha hecho la tradición del pensamiento político occidental, la historia de la geografía, el espacio del tiempo.
Desde La crítica de la razón pura de Inmanuel Kant, obra filosófica que orienta desde el siglo XVII la racionalidad moderna eurocéntrica: tiempo y espacio, historia y lugar son esferas que debemos separar, distinguir y ordenar, para poder comprender. Ahora bien, la política pensada en el marco de una cosmovisión (una perspectiva desde la totalidad que toda sociedad posee) podría sugerirnos exactamente lo contrario. Pensar un territorio es anudar indisolublemente historia y geografía, tiempo y lugar. Y cada una de esas coordenadas fundamenta, a la vez que da las condiciones para una política situada. Esto significa que las relaciones entre territorialidad, temporalidad y memoria, que delinean una cosmovisión, son las que organizan las relaciones sociales en su sentido más material y cotidiano, lo que llamamos, una “cosmovivencia”: la forma en que territorio, memoria, necesidad, hacer y decir producen la realidad día a día.
Pero la cosmovisión puede tener otros puntos de intersección con la reflexión política. Sostener que el mundo está habitado solo por seres vivientes, y que por tanto no hay objetos ni cosas, sino que cada ser tiene su hacer, su palabra y su decir, podría intervenir una reflexión sobre economía política, que al comprender el cosmos como una totalidad de seres vivos impide pensar el mundo en términos de recursos naturales (a explotar, en el peor de los casos; a “administrar” sustentablemente, en el mejor), lo cual implica, poner como base de la relación economía/política otro tipo de interrogantes que no pueden darse en términos de utilidad, ganancias, beneficios, costos, escasez, renovabilidad, etc. Si la producción se realiza con otros seres vivos, es fundamental preguntarse cómo producimos con ellos y para qué producimos con ellos, en términos de relaciones de reciprocidad. Así, toda economía parte de una consideración, de una exigencia de preguntarse por las formas de producción de existencia de ambas partes de la relación.
Estas claves orientan a comprender que no existen culturas autárquicas, que toda cultura es relacional, que cada cosmovisión, que cada imaginario social, que cada anudamiento de territorio y memoria componen un tipo de práctica política particular entre los seres que le dan vida. En busca de esas prácticas, este proyecto obliga a la invitación y a la apertura a la circulación y la reflexión de lo que cada mundo está expresando verbalmente en sus haceres y decires, en sus formas políticas de construir territorios, vivencias y prácticas políticas.
3 Ahora bien, así como la cosmovisión nos obliga a un ejercicio de pensar la política como totalidad, también se hace necesario mirar microdimensiones que atraviesan todo tipo de instituciones, espacios, ámbitos, lugares y no-lugares, y una infinidad de recovecos por los que transita la política. Para ello, es indispensable conocer las prácticas políticas que se dan en experiencias transversales (marginales, subalternas) a los grandes fenómenos sociales, y ello solo es posible multiplicando las miradas, las voces, los escribas y las preguntas. Con esa dirección es que elegimos el título de esta apertura que, rimbombante a conciencia, no busca responder ni brindar soluciones ni recetas para una perspectiva “revolucionaria”, sino que intenta buscar un modo crítico y revolucionario (léase: revoltoso, transformador, desafiante, creativo, molesto, inesperado, potente, horizontal) en su forma de transitar un medio de comunicación como este, y sus posibilidades de debate. Y lo hace proponiendo algo sencillo pero desafiante, y que puede acercarnos a alguno de esos sentidos expresados en el título.
La idea es una columna colectiva e interactiva construida a partir de invitaciones específicas, de sugerencias de los lectores y de escrituras de autores cualesquiera sean, a partir de intervenciones aleatorias acorde a las tesis duseleanas. Abajo encontrarán un índice con los títulos de las veinte tesis más un enlace al texto, más la dirección a la cual escribir para sus intervenciones. Las “20 tesis”, al igual que lo fueron las 11 tesis de rancieranas, son las disparadoras y las organizadoras de la discusión. Bajo ningún punto de vista, la criticidad de las reflexiones y propuestas se construye en virtud de la utilización de dicho texto. Al igual que la modalidad trabajada con Rancière, lo crítico proviene de la articulación entre los problemas político-sociales contemporáneos que planteamos y los modos en que los atravesamos por el foco de expresiones teóricas, experiencias territoriales, participaciones colectivas y reflexiones situadas.
Para dejar inaugurada esta “sección”, esta apuesta a un espacio de reflexión política acompañamos esta invitación-apertura con la primera tesis duseliana.
contacto: [email protected] / [email protected]
Enrique Dussel 20 tesis de política
Índice de tesis para elegir y escribir.
- Tesis 1- La corrupción de lo político. El «campo político». Lo público y lo privado.
- Tesis 2- El poder político de la comunidad como potentia.
- Tesis 3- El poder institucional como potestas.
- Tesis 4- El poder obediencial.
- Tesis 5- Fetichización del poder.
- Tesis 6- La acción política estratégica.
- Tesis 7- Necesidad de las instituciones políticas y la esfera material (ecológica, económica, cultural). Fraternidad.
- Tesis 8- Las instituciones de las esferas de la legitimidad democrática de la factibilidad. Igualdad y Libertad. La gobernabilidad.
- Tesis 9- La ética y los principios normativos políticos implícitos. El principio material de la política.
- Tesis 10- Los principios normativos políticos formal democrático y de factibilidad.
- Tesis 11- El pueblo. Lo popular y el «populismo».
- Tesis 12- El poder liberador del pueblo como hiperpotentia y el «estado de rebelión».
- Tesis 13- Los principios políticos de liberación. El principio crítico de la esfera material.
- Tesis 14- Los principios critico-democráticos y de transformación estratégica.
- Tesis 15- Praxis de liberación de los movimientos sociales y políticos.
- Tesis 16- Praxis anti hegemónica y construcción de nueva hegemonía.
- Tesis 17- Transformación de las instituciones políticas. Reforma, transformación, revolución. Los postulados políticos.
- Tesis 18- Transformación de las instituciones de la esfera material. La «Vida perpetua» y la solidaridad.
- Tesis 19- Transformación de las instituciones de la esfera de la legitimidad democrática. Irrupción de los nuevos derechos. La «paz perpetua» y la alteridad.
- Tesis 20- Transformación de las instituciones de la esfera de la factibilidad. ¿Disolución del estado? Liberación.