Escribo estas líneas mirando el reloj con cierta impaciencia. Todo el tiempo estoy llegando tarde, todo el tiempo tengo que estar yendo hacia otro lugar. Imposible sentarse a escribir. Muchos menos a re-flexionar, a realizar esa acción del pensamiento que implica detenerse y volver sobre las cosas, los acontecimientos, las ideas. Detenerse, para avanzar. No, imposible. Solo hay avance. Las maquinas perforados avanzan en el cerro, el gobierno avanza en sus declaratorias de muerte, la justicia avanza en su persecución de los que estorban. No, imposible detenerse. Y, sin embargo, hay una voluntad que pecha, que tira, que te dice,
El dedo que punta – Editorial 94
ensar la política es, en gran parte, pensar la obediencia. Si nos remontamos al sentido original de la palabra, cómo y cuándo someterse al imperio de lo común; desde Platón y Aristóteles pasando por los sofistas, Marcilio de Padua, Maquiavello, Hobbes y los contractualistas, hasta los posmodernos más cerriles se han preguntado cuándo conviene hacer lo que nos dicen y cuándo no. En esa saga de pensadores de la obediencia y la desobediencia, una parada obligada, que ingresa por la tangente, la constituye el texto del francés Étienne de la Boetié, titulado “Discurso de la Servidumbre voluntaria”, del año 1530.
Climatoquietistas. Por una política de la desesperanza
Prometeo: Sí. Hice que los mortales dejaran de pensar en la muerte antes de tiempo.
Corifeo: ¿Qué solución hallaste a este mal?
Prometeo: Albergué en ellos la ciega esperanza”
Esquilo. El Prometeo encadenado
Una visión filosófica sobre el pensamiento mítico en “El pensamiento indígena en América: los antiguos andinos, mayas y nahuas”, de Luis Alberto Reyes – Andén 92
El tema de los mitos no ha sido ajeno al estudio de las ciencias sociales, la antropología o la filosofía. Más bien, largas discusiones se han mantenido al respecto. Pero, por la manera en que la Antropología se ha dedicado tradicionalmente a estudiar a las sociedades no-occidentales, los mitos han ocupado un lugar exótico y subalterno en la comprensión de la cultura contemporánea.
Terrorismo en la vida cotidiana. Vidas marginales y precariedad totalitaria – Andén 90
En mi corta vida de escritor, no recuerdo un tiempo donde el acto de escribir tuviese gusto a tan poco. Ahí fuera la cosa no para de oscurecer, pero oscurecer en serio; es decir, más allá de lo económico y del bolsillo apretado. Uno sale a la calle, copa con miles de cuerpos las plazas y las avenidas y la respuesta es solo una: el endurecimiento de las fuerzas represivas, el incremento de la violencia estatal, el reforzamiento de una doctrina del miedo a base de persecusion y amenazas. Y claro, ante todo eso, uno se pregunta: ¿Qué pueden hacer las palabras? ¿Para qué seguir escribiendo?
La revolución tecnológica, ¿y después? – Andén 89
Escribir sobre temas con los cuales uno no está familiarizado es un ejercicio complicado y peligroso. Por eso conviene empezar por compartir la motivación de estas líneas: apuntar algunas preguntas, dudas, sensaciones que pueden habitar en el común de la gente en tiempos de nuevas tecnologías. En todas nuestras conversaciones hay un momento para la tecnología, para la red, para algún invento llamativo, para un video viralizado, todas nuestras conversaciones terminan, comienzan o discurren por el tópico: SERIES.
La razón será de las moscas – Andén 88
The Hunger Games o Los juegos del hambre en su título lleva la misma palabra que el título de este número de Andén: “Juegos”. Y usted podrá sospechar que por esa coincidencia hablaré de la película, pero no, esta es solo un disparador. Esta nota habla de su vida, y de la de sus hijos, y de la de sus vecinos y de la de su barrio, y de su sociedad.
El secuestro de la experiencia – Andén 87
Pocos inventos han definido tanto nuestra época cultural como la aparición de los televisores. Su avance implacable, desde ocupar el lugar central de nuestros hogares (un living, un comedor) a ocupar un espacio en todos los lugares de nuestros hogares y vidas (habitaciones, patios, baños, y una lista interminable de etc.), ha sido vertiginoso e incuestionable y no hay hoy prácticamente un espacio, un momento o una situación que no puedan ser imaginados con la presencia permanente e impasible de un televisor encendido.
Sobre Fidel, Cuba y la revolución cotidiana
Hoy es imposible escribir sin un nudo en la garganta. Hoy seguramente no sea el día más indicado para una reflexión crítica e histórica sobre todo lo que fue, es y será la Revolución Cubana y la figura de Fidel Castro en ella. Por eso, hoy, tal vez, sea conveniente buscar en otras emociones para decir algo, en otros recuerdos y experiencias.
Ni el huevo ni la gallina, el poder… ¿Por dónde comenzar una reflexión crítica de la política contemporánea? – Andén 85
Gracias a innumerables reflexiones y estudios sobre los medios masivos de comunicación actuales, sabemos que entre lo producido/mostrado por la televisión y su intento de naturalizarlo como “lo real” hay un trecho enorme, y que cada día se ensancha más. No obstante, la televisión sigue siendo un “termómetro” del imaginario social hegemónico, de lo que impera en el sentido común y uno de los medios más potentes a la hora de performativizar la conducta social, ni que decir de marcar la agenda de las discusiones nacionales (otra vez, hegemónicas).