Perfumes – Andén 23

La ciencia no debería dedicarse a curarnos de las drogas, sino a crear drogas que nos haga bien ya que El mundo no colabora para que la gente deje de drogarse, el orden cósmico invita a cualquier cosa menos a la vida sin aditamentos. “la adicción a las drogas legales o ilegales siempre delata un dolor. Un dolor por lo que encubre, por lo que disfraza o disimula, uno que nos corroe a todos: la vida cuesta” escribió Sandra ruso en página/12 hace unos años. El que se droga por diversión o necesidad necesita algo que la vida así, como está, no le da. Le pasa lo mismo al evangelista fanático, al militar convencido de su reserva moral, al trotamundos incansable, al adicto al porno, al infante que se chupa el dedo frenéticamente. La vida cuesta y no regala nada. Nos exige buscarnos nuestro propio salvavidas. El problema es que no siempre conseguimos diferenciar un tronco flotante de un adoquín.

Drogas – Editorial – Andén 23

Bajamos en una nueva estación. Abordamos un nuevo Andén. Y las discusiones -qué discusiones- son cada vez más. La edición del diario comienza. Y las discusiones, nuevamente. Cantos, coros, silbidos, gritos. Todo forma parte de los argumentos. Y en la redacción se abordan las notas, qué sale, qué no. Y discutimos, hasta uno arriesga “lo que cada uno escribe muestra bien claro de dónde viene”, y otro replica “estoy orgulloso de haberte censurado la parte en que decías: por suerte todos en mi familia fuman porro”. Y las notas vienen y las notas van… Y mirá si este pibe es grosso porque escribió una nota en la que ya el título tiene dos palabras empiezan con “h”.

5 discos 5 tan de familia que para qué te cuento…! – Andén 22

Ahhh la familia, eso que en primera instancia no se elige. Eso que en la lotería cósmica a unos los beneficia y a otros…bueno a otros les toca. Por eso están los amigos, esa sarta de drogadictos más o menos normalizados que nos dicen la verdad sin obligarnos a trabajar ni a tender la cama. Ellos son la familia elegida. Pero hay tantos tipos de familia que nos cansaríamos de enumerarlas, biológicas, disfuncionales, políticas, culturales. Genealogías a las que reclamamos pertenecer como las del rock, las del humanismo continental, la del judeocristianismo, la del ateísmo libertino.

El otro (música para pastillas) – Andén 21

El Resquebrajamiento del régimen menemista y su continuadora, la alianza, ayudaron a parir el primer género verdaderamente original del siglo XXI argentino: la cumbia villera.

Emergente feroz de una década signada por el desmantelamiento del estado y la instalación del individualismo hedonista como cosmovisión nacional, la pobreza encontró en la cumbia su forma más acabada de exhibición. Capaz de expresar el escenario socioeconómico en el que las masas postergadas vivían, las primeras producciones de Pablo Lescano, creador del género, sacudieron lentamente a la música de Latinoamérica.

5 discos 5 de gente que debería ir a la cárcel – Andén 20

Lo peor de ir a la cárcel es ser privado de la libertad en compañía de gente que uno no ha elegido. Se le niega al recluso la libertad de aislarse de la sociedad. Se lo entrecruza con la forma más primal del poder. Moralmente acaso lo merezca, pero eso no es excusa para gambetear la reflexión sobre lo que le pasa a cualquier infeliz dentro de una cárcel. Hay que pensar en la remota posibilidad de que uno esté en esa situación. ¿Cuántos inocentes hay dentro? ¿Cuántos culpables, fuera? ¿Cómo afrontaría uno mismo, con sus valores, fortalezas y debilidades, una temporadita más o menos extensa en el infierno de la socialización de prepo?

Notas para una reflexión sobre el sexo y los adolescentes – Andén 16

Los adolescentes tienen sexo. Esa es una verdad de Perogrullo. Incluso los padres más preocupados por los quehaceres sexuales de sus hijos no pueden evitar que estos indaguen en lo más primal de la naturaleza humana. Negarles una sólida formación sexual tanto dentro de su núcleo familiar como en el ámbito educativo es coartar su libertad. Ningún ciudadano debería ignorar la existencia de las múltiples formas de ejercer el placer y las correspondientes normas de profilaxis que aseguran la persistencia de cualquier práctica de esta índole e incluso de la vida misma.

El fin justifica los medios – Andén 11

El Nombre de la Rosa, bellísima obra del italiano Umberto Eco, nos informa de una antigua disputa medieval, en la cual se intentaba dilucidar el estatuto ontológico de los universales. Se confrontan allí dos posiciones antagónicas a la hora de definir qué tipo de realidad debemos asignarle a nociones tales como la de Belleza o la de Hombre. De un lado, estaban quienes sostenían que este tipo de nociones generales no era más que flatus vocis, es decir entidades que sólo tienen lugar en nuestro lenguaje y de las cuales nos servimos para ordenar nuestra la realidad; pero que, de ningún modo, tienen una existencia per se. Del otro lado, en cambio, se sostenía que este tipo de conceptos sí refería a entidades realmente existentes, de carácter autónomo; por tanto, no sólo no eran producto de nuestro discurso sino que, muy por el contrario, operaban de referencia objetiva y auténtico parámetro de todo lo existente. Optar por una u otra concepción implicaba configurar y experimentar mundos totalmente diferentes, contrastantes, realmente antagónicos.