Elecciones en el país de Lula: Díuma (*)

A menos de dos semanas de la elección, le acerco esta primicia: la Academia Brasileña de Letras está por incluir en su diccionario este nuevo sinónimo: Dilma es Lula.   staba cantado: candidato –o candidata– que desarrollase más temprano tupida barba y aguardentosa voz, picaría en punta y condenaría a los otros ocho a tragar polvo hasta el final. Dicen que guerra anunciada no mata moros. Excepto en Brasil. Cuando en enero pasado las encuestadoras brasileras le ponían el termómetro a los electores, la ventaja que ostentaba el candidato opositor José Serra (jura que come cebolla pero se la pasa eructando

De cómo el Estado de 1880 no es un Estado Nación – Andén 46

Las ideas discriminatorias de Cané lamentablemente aún retumban en estos tiempos, sus resonancias las pudimos percibir contra los festejos del Bicentenario, contra la ley de matrimonio igualitario. Nosotros y ellos. Hubo que esperar hasta la mitad del siglo XX para que en la Argentina surgiera un Estado Nacional y por ello popular. Algo que felizmente parece insinuarse nuevamente.

La presencia del «otro» – Andén 46

La referencia al «otro», al que constituye un sujeto diferente, como si fuese un enemigo y, por ende, un ser a enfrentar, dominar y, si resulta necesario, destruir, es algo que caracteriza a un sector de la sociedad argentina. Tal actitud aparece con claridad cuando los exponentes de ese sector convierten en un objeto de burla, desdén u odio al ex presidente Néstor Kirchner, a la presidenta Cristina Fernández, a los integrantes del Gobierno Nacional, a los miembros de las agrupaciones peronistas y no peronistas que forman el kirchnerismo, a los peronistas en general y a todos los que simpatizan con los mencionados hasta aquí.

El yo y el otro, hacen el nos-otros

Pelear solo, sin aliados, no es recomendable. Luchar en comunidad siempre tiene buenos resultados aún perdiendo la batalla. El cansancio se soporta mejor entre todos. La angustia es posible vencer cuando estás acompañado. No hay largas distancias cuando en tu ruta de peregrinaje existen otros caminantes. El miedo y la noche desaparecen cuando te sostienen las manos solidarias y comunitarias.