Existe hoy una suerte de consenso en la Educación Física sobre la necesidad de cambiar la larga tradición que ha vinculado a esta disciplina (valga la redundancia) con la salud, el deporte y la higiene. La propuesta es incorporar el concepto de “corporeidad” y dejar descansar un poco al “cuerpo”. El cuerpo nunca fue ni será neutral: lo podemos interpretar desde su dimensión trágica de la finitud o desde su dimensión liberadora y trascendental. Esto no se hace desde la teoría, sino desde la práctica, especialmente mediante una práctica pedagógica subversiva.
Caricaturas de género y cortes para borrarlas»: luces charrúas y cegetistas sobre algunos cuerpos – Andén 60
El siglo XXI encuentra a la Argentina pensándose a sí misma: trabajadores en busca del fifty-fifty, masas de jóvenes que no se parecen a lo que propone Cris Morena, ley de matrimonio igualitario, sociedad que se amplía… Básicamente, un Estado que interrumpe el flujo constante de capital.
Los cuerpos, comportamientos y sus circunstancias: El caso particular de la educación – Andén 60
Los sujetos somos cuerpos que nos ponemos en acción de manera particular según la circunstancia en las que estamos inmersos. Somos cuerpos que nos comportamos según esas circunstancias, según el espacio social en el cual, en ese momento, estamos inmersos.
Cuando los sujetos estamos en algún ámbito en particular nos comportamos de manera particular, pero no es solo el espacio el que condiciona el comportamiento de los sujetos y de los cuerpos sino también quien esté con nosotros en ese espacio.
Carne, carne, carne – Editorial 60
El cuerpo, biológicamente entendido, está organizado de modo tal que todas sus funciones y estructuras están estrechamente vinculadas. Esa tensión interna sostiene al ser humano en la existencia; no obstante ningún organismo puede desarrollarse sin un diálogo con el afuera. El mundo exterior, el puramente físico y el mundo cultural y de las subjetividades propias de cada cultura, recorta al cuerpo dándole un espacio, un modo de andar en él, un peso específico, un volumen, una sexualidad. El cuerpo y su dominio es, quizás, el primer y último campo de batalla del hombre. Desde los inicios del pensamiento organizado el dominio de las pasiones, los placeres y los padeceres del cuerpo ha quitado el sueño a moralistas y religiosos, médicos y pensadores de toda laya y condición.