Cuerpo y máscaras: la verdad cruda es insoportable. Diálogo con Mario Buchbinder, Director del Instituto de la Máscara – Andén 76

Constantemente nos relacionamos a través de máscaras. La máscara es un elemento que oculta a la vez que revela y, en esa verdad del ocultar, surge una posibilidad de vinculación y de encontrarse con un yo integrado en esa fragmentación. Entre tanto descubrir, nos acercamos al Instituto de La Máscara para dialogar con Mario Buchbinder –médico psicoanalista y psicodramatista–, quien nos contó sobre el uso de las máscaras en nuestra contemporaneidad: juego, cuerpos, sensibilidades, máscaras sociales, sujetos integrados y enmascarados.

El cuerpo y el arte como sanación – Andén 76

Hay trabas y problemas en la vida de los individuos que parecerían no poder resolverse con facilidad, pero cuando se enfoca su realidad desde el cuerpo, y se presta atención a las necesidades que tienen, rápidamente se comienza a ver cambios. No vivir la vida de manera creativa es la forma en que el sistema se las apañó para alejarnos de nosotros mismos, para poder tener más control sobre la sociedad. Una sociedad que no está en contacto con su cuerpo, no sabe lo que siente ni lo que desea, es mucho más fácil de utilizar y esclavizar; y de esto estamos saliendo, poco a poco.

El sueño de la razón produce monstruos: La imagen del cuerpo y el agigantamiento de fantasmas – Andén 76

La sociedad instala cuerpos, y estos se instalan en ella: cuerpos docentes, cuerpos ejecutivos, cuerpos solidarios, cuerpos productivos, cuerpos indigentes. Los medios de comunicación construyen y deconstruyen permanentemente imágenes del cuerpo: cuerpos ágiles, deportivos, delgados, livianos; cuerpos que consumen yogures, perfumes, autos, televisores; cuerpos juzgados y sojuzgados por su ropa, por su sexualidad, por sus horarios, por sus celulares. Cuerpos corruptos.

Los que viven el momento – Andén 76

No sé lo que quiero, pero lo quiero ya. Viví el momento, loco. “Carpe diem”, decía una de esas películas con el denso de Robin Williams. ¿Por qué esperar a mañana, si podés hacerlo hoy? Jugate, salí, andá. Hay, por ahí dando vueltas, un imperativo fundamentalmente juvenil que arrastra hacia la vertiginosa tiranía del momento. Es un discurso plástico, multiforme, que aparece cuando le conviene, pero que sirve de máxima de decisiones importantes. Andate de viaje; si no lo hacés ahora, no lo vas a hacer nunca. Aprovechá. Salí al mundo. Conocé. Es más, si no lo hacés ahora, es probable que no lo puedas hacer nunca, porque está todo tan hecho mierda que nadie sabe que va a pasar mañana.

Once tesis sobre política, para una crítica radical del Estado, la democracia y el consenso – Andén 76

Hemos llegado a la onceava y última tesis del libro de Jacques Rancière al cual nos hemos dedicado casi un año entero. Y, si bien queda tan solo una tesis, utilizaremos ésta y una próxima publicación para dar fin a este ciclo de reflexiones político-filosóficas.

Para la nota final, intentaremos realizar una reflexión sobre el proyecto general de estas proposiciones y sobre la forma en que podemos trabajar la articulación entre periodismo, filosofía y política, en el marco de un programa de producción social del conocimiento. En cambio, para esta nota, nos focalizaremos en la obra de Rancière y en su última tesis.

¿De carne somos? – Andén 76

Carne, huesos, sangre y rellenos varios forman nuestro vehículo y el de cualquier animal. Cuerpo que nace, crece y muere, reclamando alimento, abrigo y movimiento. Hay cuerpos que sufren o gozan, cuerpos estilizados o expandidos, cuerpos estigmatizados, cuerpos que callan o que hablan, cuerpos gloriosos o en decadencia, cuerpos que se adaptan o que pasan factura, cuerpos sanos o cuerpos que generan su enfermedad.

5 discos 5 a puro cuerpito gentil – Andén 76

Cuando pensamos en el cuerpo humano, en su anatomía y en sus dimensiones, reactualizamos esa imagen del hombre de Vitruvio que los siglos han ido tatuando en el lado interno del marote. La pura perfección que inspiró a Da Vinci es una carga pesada para todos los que no tenemos ni la buena fortuna ni la voluntad de querer parecernos al ideal occidental de belleza. Gordos, fumadores, sedentarios. Pies planos, drogadictos, tumorosos. Bulímicos, alcohólicos plenos de diarrea y de ladillas. Así son los cuerpos. Débiles, sufrientes, dados al exceso; porfiados en el goce de lo nocivo a sabiendas, emperrados en que el templo que los dioses nos labraron lleve la marca de nuestro paso por el mundo.