Que un hombre, ex guerrillero, acepte las reglas del juego democrático, se postule y gane es todo un avance. No es el primero en Latinoamérica, los sandinistas lo han hecho antes junto al M19 en Colombia —por no hablar del triste ejemplo nacional de toda una serie de Montoneros reciclados para bien y para mal. Eso nos habla de un camino de reflexión andado y de una catadura moral que muchos demócratas de la primera hora no tienen. Aceptar el consenso como forma de llegar al poder es quizás la demostración más efectiva de una voluntad abocada al bien común. Luego, lo que pase con esa voluntad, si atina o no a las políticas adecuadas, es otro cantar.

Pero debemos celebrar que quien empuñó un arma se valga ahora sólo de sus palabras en el foro. Y más si es uruguayo, con esa parsimonia y esa buena educación que caracteriza al común de nuestros vecinos de junto. Por eso 5 discos 5 uruguayos, alegres, que celebran los buenos augurios que un hombre de bien le trae a la región y todos los social demócratas de izquierda que andamos por el mundo buscando un faro que nos hace falta


 

Candombre jazz tour – 2004- Rubén Rada. Prócer indiscutido de la música uruguaya, Rada repasa de una manera exquisita su extenso material con una alegría y unas ganas de mover la patita que excede toda descripción. Una banda a la que le sobra resto acompaña los 17 tracks de un material que no deja duda sobre su impronta uruguaya aun cuando no se reduce sólo a ella. He aquí el eje de lo antes dicho, la versión de “Georgia on my mind” de Ray Charles sitúa a esta placa entre aquellas capaz de fusionar el candombe y el jazz (tal es su título) de un modo superlativo, sonoro a más no poder, con una de las voces más reconocibles de la música uruguaya, argentina y de América latina. Para sonreír al final de la última canción. Para tener esperanza.

 

 

De bichos y flores – 2001- La Vela Puerca – Catalogarlos simplemente como banda de rock uruguayo sería darles poco crédito. Esta agrupación que juega de local en la argentina, de a poco consiguió un espacio bien merecido gracias a las letras potentes y concisas, simples y con un eco a mensaje que el rock barrial argentino, del cual es indudablemente heredero, por lo general no tenía. El uso de los vientos, sobre todo, le impregna una sonoridad que en sus posteriores trabajos les brindó un sello característico que han sabido mantener. Canciones como “el viejo” y “de no olvidar” merecen un lugar en la historia del rock en español que las generaciones venideras sabrán darle mejor que nosotros. Prestar particular atención a las letras y a esa curiosa habilidad para desmarcarse de los clichés del rock.

 

 

Neptunia – 2007 – The supersónicos – Los uruguayos parecen tener una particular visión para reformular todo sonido yanqui. Como números atrás comentáramos de Peyote Asesino con el hip-hop, el rap y géneros afines, los supersónicos reelaboran la música surf del tipo Beach boys llevándola hacia el retro surf y el sci-fi surf que homenajea aquellas películas bizarras de los ´50 y ´60 llenas de zombis y monstruos que Roger Cormann nos legó a los nerds del mundo. Sonidos playeros, guitarras frenéticas y la sensación de que lo único que le falta de fondo es una playa a oscuras repleta de alcohol y facinerosos en bambula. No llegan al punto de su mayor hit “Ejecuten plan A” de su primer disco pero la acústica “A espuma dos días” le llega cerca y con gran belleza.

 

 

Zitarrosa en Argentina – 1983 – Alfredo Zitarrosa. Mucho purista va a enojarse, y con razón, pero hay algo de Zitarrosa que, escuchado hoy, atraza irremediablemente. No mella en nada la belleza de muchas de sus grandes canciones, la versión en esta placa de “pal’ que se va”—que, dicho sea de paso, debería dejar de grabar por unos años—. Retomando, un disco austero de uno de los más grandes compositores allende el río pero para amantes del género, esos nostalgiosos pelados, con colita de plaza Francia, que tanto gustan de recordar los tiempos en que estaba claro quién era el enemigo. es más alegre que la de estudio, pero siendo el personaje tan cercano a la persona, ese aire tan comprometido suena… como decirlo… anacrónico, del mismo modo que Silvio Rodriguez, Viglietti, o ese chico Ismael Serrano.

 

 

Archivoteca – 2003 – La Tabaré. Una de las características principales del rock uruguayo es el humor. Claro ejemplo es El cuarteto de Nos. La Tabaré va mucho más allá. Tras más de 25 años en la escena uruguaya han canalizado todas las influencias del medio para lograr un sonido inclasificable que va desde la milonga uruguaya, el punk, el ska, el rock y cuanta cosa se nos venga a la mente, todo eso mechado con letras irónicas, inteligentes y absurdas. No es una agrupación fácil de escuchar, su sonido no nos convencerá de un momento a otro, pero esta placa que recopila todos sus trabajos anteriores hasta ese momento da una idea bastante acabada de las derivas por la que se han movido. Desconocidos como muchos, irreverentes como pocos.

Entrada anterior Ley de educación nacional ¿Un proyecto o una estrategia? – Andén 32
Entrada siguiente A tres años del bicentenario del himno nacional – Andén 32

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *