En vísperas al bicentenario de la Patria, la cátedra de Teoría Social y Latinoamericana de la carrera de Sociología (Facultad de Ciencias Sociales de la UBA) organizó una clase especial donde Ignacio Politzer, Oscar Valero y Elías Quinteros, disertaron sobre Mariano Moreno, Andrés Artigas, Simón Bolívar y José de San Martín. Luego de la charla, tuvimos la oportunidad de dialogar con el sociólogo e historiador Ignacio Politzer, quien nos puso al tanto de la importancia de pensar y festejar el bicentenario en el marco de la Patria Grande, de lo que nos dicen sobre San Martín y, entre otros temas, de la importancia de la simbología.
ANDÉN: ¿Cómo puede pensarse el Bicentenario?
Ignacio Piltzer: El bicentenario es el aniversario de la fecha de inicio formal de la salida a la independencia de lo que sería después nuestro país. Es una fecha que puede utilizarse para fundar una nueva mirada del Estado argentino discutiendo los orígenes y la identidad. En este eje se enmarca la marcha de los pueblos originarios que está llegando a la Plaza de Mayo. En consecuencia el Bicentenario es una posibilidad para pensarnos y refundar un nuevo orden en el imaginario social.
ANDÉN: ¿Qué es la Patria Grande?
I.P: La patria Grande es el sueño que tenemos muchos latinoamericanos de integración de nuestras repúblicas. La integración viene dada por una historia y, algo que no se dice mucho, un futuro común. Es la oportunidad de discusión en el mundo desde un bloque de poder que aglutina alrededor de 21 km2, 569 millones de personas, con recursos naturales que serán muy codiciados en los próximos años y un desarrollo de herramientas del conocimiento propio como el de las culturas preexistentes a las llegada de los europeos al continente, y el producido por el mestizaje. La Patria Grande fue el Norte de Miranda, Bolívar, San Martín, Martí, Sandino, Perón, Fidel Castro y en la actualidad continuado por Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Kirchner, Daniel Ortega, Raúl Castro, Rafael Correa, José Mugica, Fernando Lugo y Lula Da Silva.
ANDÉN: En Latinoamérica hay una gran diversidad cultural, política y económica. Incluso en nuestro propio país es muy difícil encontrar una realidad común al conurbano, el norte, el sur, etc. ¿Hay algún elemento que permita pensar en un sujeto latinoamericano?¿Es posible y necesario?
I.P: El sujeto producto de la mezcla, incorporando las potencialidades de las diferentes culturas, es el producto de América. Bolívar decía: «mezclémonos para unirnos». Y actualmente sigue siendo el eje central de una visión latinoamericana de la realidad. Afirmo que siempre nosotros estamos reflexionando sobre nuestra identidad cuando por ejemplo en Europa, hay conflictos interétnicos irresueltos en la zona de la ex Yugoslavia, o mismo en España con la unidad con alfileres con el país Vasco y Cataluña. Es un mito la unidad de algo que podamos denominar Europa. Con lo cual nuestros problemas no son muy extravagantes; se puede pensar la integración cuando se tiene un marco estratégico de unión, si no a las palabras se las lleva el viento.
ANDÉN: ¿Por qué ideales luchaba San Martín? ¿Cuáles de esos ideales son hoy reconocidos?
I.P: San Martín luchaba por los ideales de la liberación de los pueblos oprimidos y su desarrollo con libertades en ese momento inexistentes. Primero, él combate en España contra la invasión francesa y luego lo hace en América contra la dominación española. Siempre siguiendo el principio de justicia para los pueblos. En la actualidad, la idea de autodeterminación de los pueblos es un concepto ampliamente reconocido, así como las libertades de ellos.
En la escuela vemos a un San Martín creado por el mito de la historia oficial, que pese a que la oligarquía porteña le había impedido establecerse en Buenos Aires y lo hizo partir al exilio, luego ese mismo sector social dueño de la historiografía lo nombró padre de la patria. No podían perderse semejante figura. Pero al hacerlo, le recortaron su quehacer político y dejaron visible sólo el militar, dejando de lado una de las facetas más importantes de San Martín y su dirección del ejército de los Andes. Nunca le perdonaron que no cumpliera la orden en 1820 de llevar su ejército para la represión del artiguismo.
Por eso, lo que hace la historia oficial puede estar emparentado a la figura de los apropiadores de los nietos recuperados. Cuando estos nietos descubren su verdadera identidad, ven algo así como una liberación. Y se dan cuenta que han vivido con una identidad creada por otros, dentro de una estrategia a largo plazo de la dictadura cívico-militar de 1976 que pensaba impedir la germinación de nuevas oposiciones a las políticas de dominación. Como los apropiadores cumplían el rol de padres, su palabra era «la verdad» para los chicos, y como estos estaban sometidos y esperando que no les mintieran, sus apropiadores podían torcer la historia como quisieran, ya que se manejaban con un manto de impunidad muy grande. La historiografía hizo lo mismo, se apropió de la historia del pueblo argentino y al también estar dentro de un marco de impunidad pudieron hacer y deshacer, crear e inventar sobre nuestro pasado. Pudieron perder el Plan de Operaciones y crear un Moreno liberal. Olvidar al San Martín de Cuyo, Chile y Perú y crear al padre de la patria. Vincular a Belgrano únicamente con la bandera y ningunear el proyecto económico. Y así podríamos seguir indefinidamente.
Hay una frase de Bartolomé Mitre en Historia de San Martín muy impactante. Para explicar por qué Buenos Aires permitió que el Alto Perú se independizara y se transformara en Bolivia, dice Mitre algo así como que los vientos de la Revolución del Río de la Plata se trasladaron al norte, pero esta zona por su geografía montañosa impidió que estos continuaran más allá y delimitaron la frontera. Invito a leer esta justificación aberrante de la posición rivadaviana de dejar a su suerte al Alto Perú (hoy Bolivia). El viento chocó con la quebrada de Humahuaca dice Mitre. Bueno, era un buen escritor. Historiador… mmm
ANDÉN: Por último, respecto a los símbolos, ¿es importante usar escarapela? ¿Qué significa el sol en la bandera argentina?
I.P: Todos los símbolos patrios deben ser apropiados por el pueblo. Si la escarapela representa el papel que le encomendó la historia oficial a French y Berutti ponérsela significaría ser parte de ese pueblo. Como hoy sabemos que en vez de escarapelas repartían armas también, podemos empezar a reflexionar en un sentido diferente sobre su significado. La bandera es un símbolo muy bastardeado al igual que el himno; pero si uno conoce el himno completo y ve las estrofas destinadas a nuestros hermanos originarios como: “Se conmueven del Inca las tumbas/ y en sus huesos revive el ardor/ lo que ve renovando a sus hijos/ de la Patria el antiguo esplendor”. O el origen inca del Sol en el centro de la bandera argentina, como otro ejemplo, hace que no podamos entregar ninguno de los símbolos creados por nuestros predecesores porque en ellos están materializadas las luchas de nuestro pueblo y nuestra identidad.
Lo que creo más importante más allá del uso de una telita en la ropa unos días de mayo, es el conocimiento y el sentido de pertenencia con el destino americano y argentino en particular. La escarapela puede ser un símbolo que nos una, pero también puede ser como hace radio 10 con las banderitas un festejo individualizado, donde cada uno le da sentido, y generalmente prima un sentido muy vaciado de todo contenido político■