Se estrenó Machete en la Argentina: El James Bond latino – Andén 51

En las películas norteamericanas clásicas siempre había entre sus personajes secundarios un actor de color. Luego, en los 80 y 90, siempre había un oriental. En las películas actuales, siempre hay un latino. También en las películas alemanas actuales hay un turco y en las italianas hay un filipino. Entonces: siempre hay un inmigrante, porque en la vida siempre hay un inmigrante.

Factores claves en el proceso de inmigración: Irredentismo y sincretismo

Si bien estos conceptos no son ni sinónimos ni antónimos entre sí, resumen de forma bastante esclarecedora lo que subyace al arte en movimiento. ¿Y qué se entiende por arte en movimiento? A simple vista se diría que es cuando un colectivo de ideas similares se mueve hacia un mismo destino con el fin de expresar o comunicar “algo”, ya sea en forma de pintura, canción, escultura, mural… Puede tener un sustento ideológico, puramente estético o sumamente racional y virtuoso.

Puertas abiertas a los migrantes – 1852: La organización nacional – Andén 51

Las políticas de Estado canalizaron las corrientes inmigratorias que muy pronto cambiaron el horizonte de nuestros campos semisalvajes. Las colonias agrícolas fueron apoyadas con bienes de labranza, semillas, chapas y troncos para sus casas, parcelas de campos en propiedad y hasta cooperativas, más asistencias institucionales a cargo de las autoridades zonales.

Crónica umbilical

Apenas pisé el suelo de Los Beatles, de Shakespeare, de la princesa Diana y su Carlitos, de nuestros enemigos en la guerra cachivache (como todas) que podemos llamar “contemporánea”, di lugar a mi primera asociación libre y completamente ilícita: sentí que estaba en alguna parte de la costa atlántica, mas precisamente Pinamar. ¿Por qué me fui a aquellas playas? Supongo que porque en ellas veraneé muchos años hospedada en el departamento de mi amiga Dana y porque era allí donde me sentía como en casa (con la familia de mi amiga, con mi amiga, con el mar, mi adolescencia a un micro de distancia de mi cama y mis petates), pero de vacaciones (es decir, mil veces mejor). En ese momento, ante tanta extrañeza, ante tanto océano cruzado, ante tanta velocidad, necesitaba creer que conocía aquel país que era completamente ajeno para no querer esconderme debajo de una cama.