Amemos amén amén – Andén 40

Soy una persona a la cual el mensaje del evangelio ha influido muchas veces a lo largo de mi vida. Y me ha inspirado muchas veces para tomar posturas o decisiones. He participado en varios de sus proyectos y lo sigo haciendo. He visto muchas veces llamar la atención de otras personas el hecho de que yo tuviera algo que ver con la iglesia, por cómo pensaba en temas de política.

Sobre la fe y Argentina – Andén 40

La fe en el siglo XXI viene a traernos nuevas respuestas; pero no como aquel bloque monolítico donde se dictaba una única interpretación de las realidades de la vida ni como quien designaba a monarcas o a civiles para cualquier función de poder. La fe no es sólo occidental y cristiana -mal que le pese a Videla- ni patrimonio de una religión -mal que le pese a Ratzinger ejerciendo el cargo temporal de Papa de los católicos.

¿Dios y Dios son cuatrio? (Cuando el algoritmo no te alcanza) – Andén 40

Uno podría creer que el verdadero problema consiste en que los pueblos no han leído a Nietzsche; es decir, que todavía no se han informado de que Dios ha muerto. Pues no estar al día con el Obituario de La Humanidad puede traer estos severos desajustes. Podría también creer, en este sentido, que por no haber leído a Hegel no han logrado comprender que la religión es cosa del pasado, una manifestación otrora necesaria pero, desde ya hace rato, más que insuficiente… Pues, es de esperar que si lo supieran, si los pueblos estuviesen al tanto de cómo es realmente la cosa, habrían dejado a un lado, por anacrónicas, muchas de sus enajenantes creencias, muchas de sus alienantes prácticas.

Religión y Fe en la Argentina- Editorial 40

Hay temáticas que cuando se abordan en algún punto tocan una fibra de la propia intimidad, en las que, a pesar de la objetividad pretendida, siempre acaban diciendo o diciéndole algo a quien las enuncia. Religión y Fe en la Argentina es una de ellas. ¿Cómo evaluar fríamente el impacto de una religión en la vida de un país? Más si se la ha practicado o combatido. Más si uno ha sido formado en ella o ha visto a la mayoría de la sociedad formarse en ella. No debe olvidarse que las estructuras religiosas al día de hoy siguen siendo simbióticas con las estructuras estatales.

El Fin de la Historia: pensamiento único – Editorial 38

La tarde cae, el sol se esconde en el horizonte y la noche rebalsa el cielo. Curiosa estación a la que se arriba una fría noche de un otoño, casi de invierno. Y el fin. El final del recorrido y su constancia. ¿Puede acaso pensarse el final y la constancia a la vez? ¿Tiene sentido hablar de fin y recreación? ¿Puede escaparse –aunque sea mentalmente- del eterno presente que atraviesa la existencia? Pero alto, ¿No estamos acaso en las puertas de una ficción?