¡Escuchen! Alguien ha exclamado “¡No duele!”. Frente a este grito, una mujer se pregunta si acaso puede uno decir algo como eso. Otra, llamada Anna Ajmátova, responde: “Sí, puedo”.
¿Qué significa el “no” de “No duele”? ¿Qué significa “Puedo”? ¿Por qué podemos pensar la expresión No duele como una metáfora del concepto de potencia o, en otras palabras, como otro modo de decir Yo puedo?
No duele es una expresión y es, además, el nombre de una muestra de Arte que se realiza anualmente, desde hace siete años, en la Escuela de Educación Especial Portal del Sol de la localidad de Tapiales, partido de La Matanza. Durante tres días, la escuela deviene en un espacio cultural en el cual se realizan muestras, seminarios y talleres vinculados con el arte: un encuentro en y con el arte, donde los chicos con diversas discapacidades trabajan en talleres de pintura, escultura, teatro, música, literatura, con reconocidos artistas y emergentes, a la vez que sus trabajos son expuestos y vistos por alumnos y maestros de distintas escuelas que visitan la muestra, así como vecinos y público en general, que toman contacto con obras originales.
Este ensayo es también otro diálogo que se da entre las voces de muchos artistas y chicos que exclaman “¡No suele!” en el contexto de una muestra de arte y un discurrir filosófico de esta experiencia artística.
Potencia. Impotencia: Poder-No u otro modo de decir Yo puedo.
Un filósofo griego llamado Aristóteles pensó este concepto de potencia o posibilidad relacionándolo con el hecho de tener o disponer de una privación. Para Aristóteles tener una potencia significa tener una privación, es decir, tener algo que atestigua la presencia de lo que falta. Pero “lo que falta” no es una mera ausencia o negación. Del mismo modo, impotencia no significa ausencia de toda potencia, sino la presencia de una privación, es decir, la existencia de una potencia de no o poder- no. La oscuridad del ciego no es un simple “no ver” sino que su impotencia deviene en existencia y en presencia de su propia potencia: Puede y Puede– No resignificar el mundo con los otros sentidos. Puede su propia impotencia.
Poder-No (que es la forma de la privación de la potencia) no es No Poder (que es una simple negación). Poder- No muestra, entonces, aquella existencia de lo que falta.
No duele la diferencia,
lo que falta no duele.
¡construyamos lo que no hay! ¡no duele!
Damián Luciani. Dirección General ¡No duele!
Los versos de este poema surgidos como manifiesto de la muestra de Arte son una mostración, al modo de una imagen pictórica, del sentido privativo del “no”. El espacio del “no hay” deviene en potencia; la diferencia y lo que falta son tanto potencia de ser como de no ser. El “no” ya no niega: construye, muestra, expresa, encuentra, suma, integra y difunde como potencia, como pura posibilidad, en el centro mismo de su abismal impotencia.
La expresión No duele, como metáfora viva encarnada en una muestra de Arte, no es una mera negación del dolor sino más bien una privación de este y por ello, una potencia de no pasar al acto. No duele expresa y grita un poder- no que significa en su seno “yo puedo” y no un simple “no puedo”.
Duele, pero también Puede–No doler.
Yo Puedo. Devenir. Encontrarse
En este diálogo imaginario con No duele encontramos otro modo de decir “Yo Puedo” a través de un nuevo concepto: el de devenir, como expansión, conquista, línea de fuga o desterritorialización, como Invención, como construcción de un mapa en vez de calcarlo, como la “invención de un pueblo que falta”.
El filósofo francés Gilles Deleuze presenta el concepto de devenir a través de la metáfora de la avispa Y la orquídea: el devenir es una zona de cercanía entre ambas, una circulación de Intensidades entre una y otra y no una identificación entre ambas: la avispa deviene orquídea y la orquídea deviene avispa, en un movimiento que impulsa la des-territorialización de una de las dos y la re-territorialización de la otra. El devenir es siempre un “entre” o “en medio”: es el “Y” entre la avispa y la orquídea, el Encuentro entre las dos.
La potencia como devenir significa salir al encuentro de la propia impotencia y relacionarnos con el propio no-ser y no-hacer; significa danzar en el medio de ese encuentro y, desde allí, resignificar, inventar, expandir y construir un nuevo mapa del mundo:
No duele construir
y construir es una decisión.
(…)
No duele construir tiempo en la pintura,
en la música, en la palabra, en resumen: en el arte.
No duele permitirse este encuentro:
encontrarse.
No duele encontrar
que nosotros somos también ustedes.
Encontrarse es el “Y” de mi vínculo con el otro, un otro que nos interpela y nos modifica. El encuentro está entre dos y por fuera de dos; es por ello que “no duele encontrar que nosotros somos también ustedes”.
¡No duele! deviene en Yo puedo, que deviene en Encuentro y en convivio: en un diálogo de presencias, de reconocimiento del otro y de uno mismo, en afectar y dejarse afectar en el encuentro.
Dibujos de sombras
Un escritor japonés llamado Junichiro Tanizaki nos acerca, a través de su ensayo El elogio de la sombra, a una estética japonesa cuya esencia es la oscuridad o la tiniebla, porque, como señala el autor, “una laca decorada con oro molido no está hecha para ser vista de una sola vez en un lugar iluminado, sino para ser adivinada en algún lugar oscuro, en medio de una luz difusa que por instantes va revelando uno u otro detalle, de tal manera que la mayor parte de su suntuoso decorado, constantemente oculto en la sombra, suscita resonancias inexpresables”.
En esta estética de dibujos de sombras, el objeto deviene cada vez distinto con los parpadeos de una vela o una lámpara de aceite.
¡No duele! deviene en Yo Puedo, que deviene en Encuentro, que deviene en convivio, y en sombras: es modificación, apertura, construcción, encuentro entre una luz Y una sombra.
U-topía
Una u-topía es aquello que no tiene lugar: un lugar sin lugar; un mundo pensado e imaginado sin estar situado físicamente en ningún lugar.
Pero hay utopías o lugares que están fuera de todos los lugares pero que, sin embargo, son localizables y existen realmente. Estos son los contraespacios.
No duele expresa y se expresa como potencia en el emplazamiento de una muestra de Arte: los alumnos y maestros de la escuela especial junto con los artistas de las distintas disciplinas, construyen un contraespacio o una utopía situada, que existe realmente, en sus paredes atiborradas de cuadros, en sus aulas que devienen en talleres de pintura, escultura y música, en su patio que deviene escenario para el convivio teatral; pero también es el espacio irreal y abierto del devenir, del diálogo, del “Y” entre dos y afuera de dos, del encuentro entre la obra y el que la ve, de la obra y el que la construye, de la obra y el que la resignifica.
No duele es el contraespacio que impugna e invierte emplazamientos reales que se pueden encontrar en el interior de la cultura como, por ejemplo, las galerías de arte que responden a las leyes del mercado, al Arte no democrático, al Arte como mercancía y no como espacio de encuentro, transformación e integración social.
“Nos duelen las imágenes homogéneas que niegan la diversidad del mundo. Nos duelen las obras de arte que pretenden “traducirnos” la realidad, inamovible, violenta en su unicidad, en sus singulares”.
Alejandra Luciani. Directora de la Escuela Portal del Sol.
No duele no es No puedo sino Poder-No.
No duele es Yo Puedo.
Bibliografía
Nachmanovitch, Stephen, Free Play. La improvisación en la vida y en el arte, ed. Paidós, Bs.As., 2011..
Agamben, Giorgio, La potencia del Pensamiento, ed. Adriana Hidalgo, Bs. As., 2007.
Foucault, Michel, El cuerpo utópico. Las heterotopías, ed. Nueva Visión, Bs. As., 2010.
Dubatti, Jorge, Filosofía del Teatro I: Convivio, experiencia, subjetividad, ed. Atuel, Bs. As., 2007
Tanizaki, Junichiro, El elogio de la sombra, ed. Nacional, Madrid, 2002
Deleuze, Gilles, La literatura y la vida, ed. Alción, Córdoba, 2006
Deleuze, G., Guattari, F., Rizoma, ed. Coyoacán, México, 2001
Catálogo ¡NO DUELE! 1, editado por Damián Luciani, Bs. As., 2005
Catálogo ¡NO DUELE! 2, editado por Damián Luciani, Bs. As., 2009