En el presente trabajo se exponen algunas consideraciones en relación a la complexión del significante “interculturalidad” en México, el cual se ha delineado a partir de políticas públicas internacionales y se ha sedimentado como un paradigma de exclusión desde el discurso educativo.

La interculturalidad se reconoce entonces, como un significante vacío, mismo que atiende, desde el discurso lingüístico y extralingüístico, a los indígenas; sin embargo desde su condición de plenitud pretende impregnar la compleja estructura social desde su pluralidad, aunque continúe plantando semillas de lo indígena en su urdimbre.

El documento se organiza en tres momentos, en el primero se hace un recorrido por los enfoques internacionales en relación a la interculturalidad; en el segundo se explora el significante en cuestión desde la legislación mexicana y en el tercero se exponen la posibilidad de pensar en lógicas de interculturalidades desde un posicionamiento óntico, antiesencialista y alejado de los fundamentos.

Los enfoques internacionales

Lo fértil del campo de la interculturalidad permite su producción emergente y la generación desatada de conocimiento. Ante la flotación del significante en cuestión, dentro del discurso educativo en México como paradigma de “inclusión” y reconocimiento del Otro, del indígena, se hace necesario reconocer cuáles son los enfoques que permitieron que dicho significante se filtrara en la política educativa nacional.

Entre los principales enfoques se encuentranla educación asimiladora, compensatoria, pluralista, bilingüe-bicultural, para la tolerancia, antirracista, transformacionista, a través del aprendizaje complejo y para la acción afirmativa. La mayoría de estos enfoques se hacen presentes en Europa como una posibilidad de integración del migrante, del diferente de incorporación de lo “ajeno” en lo “propio”.

Desde estas perspectivas, en Latinoamérica se intenta empoderar a los pueblos minoritarios para, en el caso de México, incluirlos en el proyecto nacional y con ello integrarlos en la producción nacional, de ahí que la educación popular sea una forma de concientizar a los grupos minoritarios, intentando contrarrestar las injusticias y potenciando sus posibilidades de transformación colectiva desde las individualidades a través de un giro postcolonial/decolonial mediante la metáfora del diálogo.

 La interculturalidad en la legislación mexicana

Actualmente en México, el discurso intercultural es polisémico y contingente. Condensa la actividad de lo indígena en sus distintas expresiones y se anuda a otros significantes que le dan un cierto rostro y lo estabilizan de forma antagónica a lo multicultural, contingente como proyecto nacional y precario desde su imposibilidad de fijar de una vez y para siempre las identidades a las que interpela.

Desde el artículo 2° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece un primer referente de la interculturalidad, como enunciación-acción, es decir, como políticas educativas interculturales. Este artículo define a quiénes se les considera indígenas, su sistema de organización social,integración y participación en la producción económica del país.

En dicho discurso se fija determinada realidad social a partir de un cierto orden simbólico (Estado, Gobierno, Instituciones, etc.); lo simbólico emerge como un cuerpo heterogéneo de significados con la característica de una malla de contradicciones entretejidas, donde son múltiples los lugares de referencia para los sujetos (Remedi, 1989). Dicha malla representa el interjuego entre el discurso que estabiliza la realidad, los sujetos a los que atrapa y las apropiaciones de quienes se sienten, o no, identificados con dichas manifestaciones discursivas, tal identificación se manifiesta como un proceso psicológico en el que el sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro, total o parcialmente sobre el modelo del primero (LaPlanche, 1987).

En el caso de esa interculturalidad, sería importante reconocer si todos los indígenas son interpelados, es decir, si se identifican con la operación discursiva de la enunciación; si encuentran un punto de identificación con los ideales del orden simbólico y cómo se resignifica su participación en el proyecto de lo intercultural. Este flujo discursivo delimita quiénes son los interculturales y al mismo tiempo comunica un juego aporético, por un lado con la inclusión del diferente y por otro, con la exclusión del mestizo.

Definitivamente la interculturalidad parte de la idea de un encuentro cultural, refiriéndome no solo a la significación moderna de lo cultural. El primer referente que detone la comunicación será el reconocimiento del Otro como un agente externo extraño, que presente o reciba ciertas alertas de amenaza al estado corporal de cualquier otro o que amenace a otros con su presencia durante la creación, con una determinada vacuidad de sentido,la normalización de subjetividades (Guattari, 1990) y la posibilidad de una poiésis como espacio esencial de construcción de saberes creativos y actitudes estéticas frente a la vida (Samper, 2008).

El desvanecimiento de los metarrelatos

Las significaciones en torno al significante interculturalidad “siguen siendo múltiples, desencadenadas, inocentes, nacionalistas y hasta altruistas” (Malaga, 2011, p. 16), de ahí que la interculturalidad se construya, tendencialmente, como un significante vacío, mismo que es capaz de aceptar múltiples significados, que interpela a muchos sectores pero es forzado a contener a uno solo, el indígena;que fija temporalmente el campo discursivo de la significación y como tal representa un significante universal de plenitud; es así, un espacio óntico en cada microcosmos, en el que se vuelve necesario el reconocimiento de las distintas condiciones del Otro.

El estudio de la interculturalidad como punto nodal sobredeterminado con los enunciantes internacional, nacional y estatal, manifiesta una articulación significativa específica, precaria, nunca definitiva y susceptible de ser resignificada. Como proyecto nacional, tiene la encomienda de proponer una imagen, un imaginario, una estructuración significativa (discurso) que satisfaga aspiraciones, deseos y ofrezca un punto de acolchamiento para su identidad (Zîzêk, 1992).

Por lo anteriormente expuesto se considera necesario abandonar el paradigma moderno y transitar a uno postmoderno, en el que se piense en lógicas de las interculturalidades que disloquen ónticamente la realidad a partir de una educación no formal, informal o formal; que permita a cualquier ser humano tomar conciencia social, como ciudadano democrático y solidario, del ecosistema en que habita.

Pensar en interculturalidades no deberían ser, únicamente, un objetivo educacional que relacione la cultura y la comunicación para establecer nuevas metas curriculares en determinado espacio áulico; sino que además, permita el cuidado de nosotros mismos, la autorregulación, el sentido de justicia, de pertenencia a la humanidad; comprender que parten de una condición rizomática que contribuye al fortalecimiento o desvanecimiento de las relaciones humanas en las diferentes etapas de la vida de cada sujeto, explorando y conociéndose en los diferentes ámbitos o esferas en las que se manifiesta materialmente; y desde los distintos discursos que configuran nuestra identidad a partir de puntos de identificación que permita articular, antagonizar y resignificar la redención, salvación, amenaza, anulación y exclusión■ 


Bibliografía

Guattari, F. (1990) Las tres ecologías. Valencia: Editorial Pretextos.

LaPlanche, J. (1987) Diccionario de Psicoanálisis, Barcelona, Labor.

Malaga, S. (2012) Interpretando la noción de interculturalidad a través de la investigación cualitativa, Ponencia presentada en la IV Conferencia Internacional sobre la investigación cualitativa. Aproximaciones a la investigación cualitativa, Guanajuato, México.

Remedi A., y Castañeda, E. (1989) El lugar del psicoanálisis en la investigación educativa, aportes a la identidad y quehacer del docente. México: DIE-CINVESTAV.

Samper, A. (2008) Poiésis, educación y construcción de sentido en el mundo contemporáneo, cátedra de problemas educativos, Pontificia Universidad de Javeriana, Bogotá, consultado el 24 de noviembre de 2011 en http://arteypaz.wikispaces.com/file/view/Poiesis.pdf.

Zïzëk, S. (1992) El sublime objeto de la ideología. México: Siglo XXI.

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